Bogotá.- Casi 34 millones de colombianos están llamados a votar en las elecciones locales y regionales que se celebrarán mañana en un ambiente de paz extraordinario en el país que las convierte en unas de las más tranquilas de su historia reciente.
El ambiente pacífico se debe en buena medida a los grandes avances en las negociaciones de paz que el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desarrollan desde hace más de tres años en La Habana y que finalizarán, como máximo, el 23 de marzo de 2016.
Como consecuencia de esos avances, las FARC iniciaron un alto el fuego unilateral el pasado 20 de julio que fue respondido por el Estado con una reducción de las acciones contra esa guerrilla, lo que ha reducido drásticamente el nivel de violencia.
Para garantizar que el ambiente pacífico prospere en las elecciones, se ha decretado una restricción al porte de armas y la ley seca que está de vigente desde el atardecer de hoy hasta las 6.00 hora local (11.00 GMT) del lunes.
En total están en juego las alcaldías de 1.102 municipios y las gobernaciones de los 32 departamentos del país para los próximos cuatro años, además de miles de concejales, diputados de asambleas regionales y ediles de las Juntas Administradoras Locales (JAL).
La atención está centrada en la Alcaldía de Bogotá, donde las encuestas vaticinan una disputa cerrada entre el exalcalde Enrique Peñalosa, del movimiento Equipo por Bogotá, y el exministro Rafael Pardo, del Partido Liberal y apoyado también por el Partido de la U, que están en situación de empate técnico.
Con posibilidades llega también Clara López, del Polo Democrático Alternativo, partido que ganó las tres últimas elecciones en la capital colombiana.
La organización de las elecciones ha tenido un coste para el Estado de 434.000 millones de pesos (unos 141 millones de dólares), un gasto dedicado en parte a la impresión de los más 148 millones de tarjetas electorales.
La carrera electoral la iniciaron 4.567 candidatos que aspiran a ganar una de las alcaldías y 149 que aspiran a ser elegidos para gobernar uno de las departamentos.
Además, hay 90.209 candidatos a ser elegidos como miembros de los concejos locales, 3.422 a las asambleas regionales y 14.484 para las JAL. De este modo, son 112.832 candidatos los que están en la liza electoral dentro de una miríada de organizaciones políticas que muestran la fragmentación de partidos que ha vivido el país en los últimos años.
A los 10.838 puestos de votación, el mayor de los cuales se instaló en el centro de convenciones y exposiciones Corferias de Bogotá, están llamados a acudir 33,8 millones de colombianos, de los cuales 16,4 millones son hombres y 17,4 millones mujeres.
Para garantizar su seguridad, el Ministerio de Defensa ha puesto en marcha el Plan Democracia que incluye el despliegue de 420.000 miembros de las Fuerzas Militares y de Policía que estarán presentes en todo el país.
Además, Colombia ha hecho un esfuerzo para evitar uno de los delitos más frecuentes en esta época, la denominada “trashumancia electoral”, una forma de comprar votos tipificada como delito en el Código Penal.
Para evitarlo, más de 1,6 millones de registros electorales han sido anulados en toda Colombia como parte de un proceso de depuración del censo electoral, según los datos del Consejo Nacional Electoral (CNE).
La Organización de Estados Americanos (OEA) envió a Colombia una Misión de Observación Electoral (MOE) bajo el liderazgo del expresidente de Guatemala Álvaro Colom. Precisamente, el presidente Juan Manuel Santos agradeció hoy a los observadores internacionales que “estén verificando, validando y legitimando” la democracia colombiana con su presencia.
“Toda democracia debe buscar ser cada vez mejor, es un ejercicio de mejoramiento continuo”, aseguró. Santos consideró “indispensable” el trabajo de los observadores y afirmó que puesto que los comicios son “una condición necesaria» para la democracia y cuanto mayor es la transparencia, más “se legitima».
Asimismo, consideró estas elecciones “las más pacíficas y más importantes en mucho tiempo” puesto que quienes sean elegidos verán desde sus cargos “la transición hacia la paz». “La paz se va a construir en las regiones con participación de alcaldes, gobernadores, concejales y diputados”, concluyó.