Cartas desde México

Cartas desde México

Cartas desde México

La Carta les llega hoy desde Nueva York. Aterricé en el aeropuerto John F. Kennedy en una terminal internacional nueva para mí. Moderna, eficiente, y diseñada, qué sorpresa, con el viajero en mente.

El personal de migración, aduana, seguridad, y, ahora, de control del ébola es eficiente y aunque no amable, tampoco es soberbio como el de Miami.

Regreso a la ciudad que me recibió involuntariamente, junto con mis padres, en 1949. Aquí terminé el bachillerato y recibí la licenciatura.

Después de obtener la maestría en México y el doctorado (Ph.D) en Illinois, regresé al Hartwick College, al norte del estado, como catedrático de Relaciones Internacionales. O sea, conozco como mi mano el estado y la ciudad.

Mi familia política me da posada en la ciudad en la zona conocida como “la milla de los museos”, ya que ahí se encuentran el Metropolitan, el Guggenheim. el de Diseño y Artes Decorativas. el de Historia Judía, la Galería Neue, de impresionismo alemán, el New, la FrickCollection, y a unas cuadras el Whitney y el de Arte Moderno.

Más que suficientes para visitar en un mes de estadía.
Además , siempre voy a revisar los libros antiguos y primeras ediciones en la majestuosa Biblioteca Pública en la Quinta Avenida y calle 42. Todavía tengo mi tarjeta de membresía válida desde 1950.

Tampoco falto al Jardín Botánico del Bronx. uno de los más importantes del mundo. Y anualmente hago un recorrido por el Alto Manhattan.

Voy a casi todas las alturas. Primero a la de Morningside para pasear por el campus de la Universidad de Columbia, mi alma mater.

Después por las de Harlem; de Hamilton, con su zona de hospitales e instituciones de investigaciones científicas; de Hudson, la más próxima al río del mismo nombre; TheCloisters, y sus museo, vista y jardín.

Y finalmente, Washington. Ahí me siento como en Santo Domingo ya que el 63 por ciento de la población es dominicana.

Me place ver como en pocos años se ha desarrollado la comunidad en materia sociocultural, económica y recientemente política.

Su gran preocupación es el desplazamiento que sufren por parte de los llamados “refugiados” del Bajo y Medio Manhattan, en su mayoría profesionales que pueden alquilar o comprar vivienda a precios inaccesibles para la clase media dominicana que se ve obligada a “emigrar” a las lejanías de otros condados y estados.



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