Tenemos una nueva Junta Central Electoral, escogida por el órgano al que le asigna la Constitución esta tarea: El Senado.
Previo a esa selección hubo muchos diálogos entre el gobierno, la oposición, y sociedad civil organizada, algunos explícitos, muchos debajo de la mesa. Se confeccionaron listas, unas de integrantes, otras de quienes no deberían figurar en la JCE.
La oposición y muchos sectores formularon claramente que no debía estar el pasado presidente de la JCE, lo cual se logró.
Sin evaluar los otros 4 miembros, quiero expresar mi defensa y alegría por la selección de la doctora Carmen Imbert Brugal. Abogada y comunicadora de larga trayectoria pública, con quien en diferentes momentos compartí en espacios de radio y televisión. A mi entender la mejor selección del grupo, a pesar de que algunos comentaristas la sindican -vaya desatino- como una persona leal al oficialismo.
La inteligencia y criticidad de la Dra. Imbert Brugal es ampliamente conocida por todos los que han seguido su derrotero profesional. Su membresía en la JCE es una garantía de una voz incorruptible a la hora de tomar decisiones, tanto en el funcionamiento ordinario de esa instancia, como al momento de las elecciones del 2020.
Más que felicitarla a ella debemos felicitarnos todos por su presencia en el organismo garante de nuestra ciudadanía y de mocracia electoral.
Todos debemos estar atentos a la gestión de esos cinco jueces y ellos transparentar sus acciones a toda la sociedad para bien de la democracia.