Santo Domingo.- "Yo quiero ser voleibolista, y sé que con la ayuda de Dios me voy a parar y voy a poder caminar", dice con una sonrisa que ilumina su rostro mientras permanece sentada en su silla de ruedas la pequeña Carla.
La vida de esta niña de nueve años, llena de sueños, disciplina escolar y una profunda pasión por el deporte, cambió para siempre en cuestión de segundos.
Se dirigía a su clase de batón ballet cuando una disputa entre vecinos en el sector Capotillo, en el Distrito Nacional, terminó en un tiroteo que la alcanzó de manera inesperada y brutal.
Hoy, a causa de ese disparo, la pequeña podría no volver a caminar.
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Su madre, Nayrobi Altagracia Martínez Montero, relata con la voz entrecortada la frase que aún la desgarra: “¿Qué hago, mami? Si no hubiera salido de casa, esto no me pasaría”, le dijo su hija.
Futuro en pausa
Carla soñaba con ser deportista. Practicaba voleibol y batón ballet, y sus tardes las pasaba junto a sus amigas en el Club C del barrio.
Era aplicada en la escuela, tenía metas claras y una energía que contagiaba. Ahora, entre terapias, dolor y preguntas sin respuesta, trata de entender por qué su vida cambió sin que ella hiciera nada para provocarlo.
“Ella tiene días buenos y días malos. Hay días que llora, que se culpa, que se desespera. Y otros en los que vuelve a tener esperanza”, explica Nayrobi.
Una familia con necesidad
El disparo no solo hirió a Carla; también trastocó la estabilidad de toda su familia. Sus padres se vieron obligados a dejar su vivienda en la capital y mudarse a Villa Altagracia, donde un familiar les ofreció un espacio improvisado. Allí viven ahora la madre, la niña herida y sus seis hermanos menores.
“No podíamos seguir en un tercer piso con el estado de la niña. Y el transporte al hospital se me hace muy costoso… Es algo que no es fácil”, cuenta.
La casa donde se alojan no tiene puertas ni ventanas, solo cortinas que sirven de protección mínima. Ninguno de sus hijos ha logrado reinsertarse en la escuela desde el traslado. La madre hace malabares para cubrir medicamentos, traslados y alimentos básicos.
“Yo necesito mucha ayuda. Para la niña, para el transporte, para todo… Esto ha sido demasiado duro”, dice la madre al la periodista de Telenoticias.
Coercion al acusado
Por el caso, el juez de la Oficina de Atención Permanente del Distrito Nacional impuso tres meses de prisión preventiva contra John Lariel Báez Álvarez, alias “John 42”, acusado de disparar durante la riña que comenzó con machetes y terminó en un tiroteo en plena vía pública.
La medida deberá cumplirse en la cárcel de La Victoria.
El expediente indica que Carla recibió el impacto frente a su vivienda justo cuando salía a su clase. El proyectil le provocó lesiones pulmonares severas y daños permanentes que comprometen su movilidad.
Un llamado de auxilio
La familia necesita apoyo urgente. La madre insiste en que la recuperación de su hija será larga, costosa y emocionalmente devastadora sin acompañamiento.
Quienes deseen ayudar a Carla pueden comunicarse con su madre, Nayrobi Martínez, al 829-660-4910.
Mientras tanto, la niña sigue luchando. Sonríe cuando puede, llora cuando el dolor la desborda, y mantiene una fe que conmueve a quienes la rodean.
Su madre la mira y solo pide una cosa: “Que vuelva a ser la niña que era antes”.
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Edili Arias
Periodista egresada de la Universidad O&M, apasionada por escribir sobre niñez, salud e historias humanas. Combina su amor por el periodismo con su afición por los deportes. Madre de dos niños, lo que le aporta una perspectiva cercana y sensible en sus reportajes.
