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Cardiólogo advierte que colocar stents sin indicación médica “es un crimen irreversible”

  • Carlos García explica que el caso Senasa obliga a revisar prácticas médicas y los protocolos de autorización
  • Advierte que la medicina no puede convertirse en un negocio a costa de la vida humana

Santo Domingo.- En el expediente de corrupción del Seguro Nacional de Salud (Senasa) resalta la colocación de stents presuntamente innecesarios a pacientes, incluidos casos en los que, según la acusación del Ministerio Público, se habrían implantado hasta cinco dispositivos a una sola persona.

El cardiólogo intervencionista Carlos H. García Lithgow, jefe de la Unidad de Hemodinamia de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (CEDIMAT), explicó que este es uno de los aspectos que mayor temor ha generado en la población, al abrir la duda sobre si miles de pacientes fueron sometidos a procedimientos invasivos sin una indicación médica real.

“Hay mucha gente en la calle con miedo. Personas jóvenes con stents, familias preguntándose si realmente hacía falta”, expresó el especialista, quien reconoció que, ante el contexto actual, “ese temor es razonable”.

Muertes cardiovasculares y la magnitud real del problema

De acuerdo con datos del Ministerio de Salud Pública, en la República Dominicana se registraron alrededor de 22,000 muertes por causas cardiovasculares el año pasado, una cifra que, según explica García Lithgow, sirve como referencia para estimar cuántos procedimientos cardíacos deberían realizarse anualmente en el país.

El cardiólogo intervencionista Carlos H. García Lithgow.

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“Si tomamos ese número como base, un país de economía media como el nuestro debería estar haciendo entre 30,000 y 70,000 cateterismos al año”, señala.

De ese volumen, explica, entre un 20 % y 25 % de los pacientes requerirían la colocación de uno o más stents, lo que equivale a entre 12,000 y 15,000 stents anuales.

“Esa cifra, en términos generales, no está fuera de la realidad. El problema no es cuántos se hacen, sino a quiénes se les hacen y bajo qué criterios”, apuntó en el Programa El Día.

Qué es un stent y por qué no puede colocarse a la ligera

El doctor García Lithgow explica que un stent coronario es una pequeña malla metálica que se implanta dentro de una arteria obstruida para restablecer el flujo sanguíneo al corazón.

“Es como un resorte de acero, una especie de malla que abre la arteria y permite que vuelva a oxigenarse el músculo cardíaco”, explicó. Sin embargo, advierte que no es un procedimiento reversible.

“Si a una persona se le coloca un stent sin necesitarlo, se le cambia la vida para siempre. Debe tomar medicamentos de por vida, asumir riesgos y eso no se puede deshacer. Eso, si se hace de manera deliberada, es un crimen desde el punto de vista ético”, afirma.

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Un stent es un pequeño tubo de malla, generalmente de metal, que se expande dentro de una estructura hueca del cuerpo —como una arteria o vía biliar.

¿Cinco stents en un solo paciente?

Uno de los casos que más ha llamado la atención pública es el de un paciente al que, según lo expuesto por el Ministerio Público, se le habrían colocado cinco stents sin justificación médica.

“Poner cinco stents es algo excepcional, no es lo habitual, pero puede ocurrir en casos muy específicos y graves. Yo mismo lo he hecho en situaciones extremas para salvar una vida”, aclara el especialista.
“Lo que no es aceptable es que se convierta en una práctica rutinaria”.

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Las limitaciones del sistema

García Lithgow introduce un elemento clave en el debate que es las limitaciones impuestas por las aseguradoras para autorizar herramientas diagnósticas modernas.

“Muchas ARS autorizan el stent, pero no autorizan procedimientos como el FFR, IVUS u OCT, que son los que permiten ver dentro de la arteria y determinar con precisión si realmente hay una obstrucción severa”, denuncia.

“Es como autorizarte solo una parte del procedimiento y dejarte trabajar prácticamente a ciegas, basándote en técnicas visuales de hace 70 u 80 años”.

Senasa: de salvavidas social a institución cuestionada

El cardiólogo recuerda que durante años fue un defensor del Seguro Nacional de Salud.

“Yo le recomendé a mucha gente que se afiliara a Senasa. A las seis de la mañana yo veo la realidad del dominicano pobre, y Senasa era un salvavidas”, afirma.

Según relata, en el pasado el seguro autorizaba y pagaba procedimientos complejos tanto en centros privados como públicos. Sin embargo, en los últimos años, la dinámica ha cambiado.

“Hoy no es que no autoricen, es que da mucho más trabajo, hay más trabas, más burocracia. Y eso puede retrasar procedimientos que salvan vidas”.

¿Conflictos de interés?

Sobre la posibilidad de que médicos y centros de salud hayan conformado redes para beneficiarse económicamente, García Lithgow es cauto.

“Todo es posible y todo es demostrable. Si hubo pago de sobornos o comisiones por stents, eso es gravísimo”, señala.


También alerta sobre conflictos de interés, como médicos que serían, al mismo tiempo, importadores de dispositivos médicos.

“Un médico no debería ser proveedor de los insumos que él mismo implanta. Eso es un conflicto ético enorme”.

Quién debe hacer el peritaje médico

Para el especialista, uno de los errores más graves en el análisis del caso ha sido quién evalúa la pertinencia de los procedimientos.

“El peritaje de un caso de intervencionismo coronario debe hacerlo un cardiólogo intervencionista, o un panel de ellos, no cirujanos cardiovasculares, porque son especialidades distintas”, subraya.

Propone la creación de paneles de expertos independientes, incluso internacionales, que evalúen los casos a ciegas, sin conocer al médico ni al centro involucrado, para evitar sesgos.

El impacto humano y el miedo colectivo

Más allá de las cifras y la técnica, García Lithgow insiste en que el mayor daño del escándalo es la desconfianza.

“Hay gente preguntándose si su papá murió porque no le autorizaron algo, o si le hicieron de más. Eso es devastador”.

Por eso recomienda a los pacientes buscar segundas opiniones, investigar el currículum de sus médicos y no dejarse llevar solo por recomendaciones informales.

Prevención y ética

Para el cardiólogo, la solución va más allá del caso Senasa.

“Esto es una oportunidad para revisar todo el sistema de salud. Reforzar la atención primaria, establecer protocolos claros, fortalecer los comités de ética y poner la prevención en el centro”.

“Si se demuestra que alguien puso stents sin necesidad, debe caerle todo el peso de la ley. La medicina no puede convertirse en un negocio a costa de la vida humana”.

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Periodista egresada de la Universidad O&M, apasionada por escribir sobre niñez, salud e historias humanas. Combina su amor por el periodismo con su afición por los deportes. Madre de dos niños, lo que le aporta una perspectiva cercana y sensible en sus reportajes.

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