Ciudad del Vaticano.- El Vaticano estima en 217 millones de euros las pérdidas provocadas por la compraventa de un edificio en Londres, una operación por la que se juzga al cardenal Angelo Becciu y otros diez sujetos, reveló ayer la acusación.
El único imputado presente en el vista de ayer fue Becciu, en el momento de los hechos “número dos” de la secretaría de Estado del Vaticano y a quien el papa Francisco retiró sus derechos cardenalicios por estos hechos, de los que se declara inocente.Además de Becciu están imputados el gestor Gianluigi Torzi; Enrico Crasso, financiero de referencia de la Secretaría de Estado; la exasesora del cardenal Cecilia Marogna, así como el expresidente y el exdirector de la Autoridad de Información Financiera (AIF), René Brülhart y Tommaso Di Ruzza, respectivamente.
También monseñor Mauro Carlino, exsecretario de Becciu; el banquero Raffaele Mincione, el abogado Nicola Squillace y el funcionario de la Santa Sede Fabrizio Tirabassi.
El juicio busca depurar las responsabilidades de la compraventa, terminada en estafa, de un edificio en el centro de Londres y que inicialmente costó a las arcas de la Secretaria de Estado de la Santa Sede una cantidad estimada en 175 millones de euros.
La operación se inició con una red de financieros y consultores en 2014, cuando el italiano Angelo Becciu ejercía de sustituto de la Secretaría de Estado para los Asuntos Generales.
El caso de Londres
—1— Monto
El agujero en las cuentas de la Santa Sede ronda los 217 millones de euros, solo por este caso de Londres.
—2— Origen
La estafa de Becciu se produjo cuando ejercía de sustituto de la Secretaría de Estado para los Asuntos Generales.