En las calles de la ciudad pueden verse grupos de gente caminando en fila, pero la gran masa de migrantes que inició la marcha el viernes se ha diluido ya que muchos han logrado abordar autobuses o pedir a automovilistas y camioneros que los trasladen.
CIUDAD DE GUATEMALA.-La caravana de más de 3.000 migrantes hondureños que intentan llegar a Estados Unidos pasó el jueves por la Ciudad de Guatemala y se dirige rumbo al sur del país en busca de la frontera con México. Mauro Verzzeletti, el sacerdote a cargo de la Casa del Migrante de la capital guatemalteca, dijo que tres millares de personas pasaron la noche en los tres albergues habilitados en la ciudad.
«Esta mañana, a las 4, emprendieron de nuevo el viaje y están llegando más», agregó a The Associated Press. La caravana ha comenzado a dispersarse.
En las calles de la ciudad pueden verse grupos de gente caminando en fila, pero la gran masa de migrantes que inició la marcha el viernes se ha diluido ya que muchos han logrado abordar autobuses o pedir a automovilistas y camioneros que los trasladen.
«Nos vamos a la frontera», dijo decidido Juan Escobar, de 24 años. La mayoría de los hondureños que forman parte de la caravana salió de sus casas de forma espontánea, con poco más que la ropa que llevaban puesta y las pocas pertenencias que pudieron arrojar rápidamente en una mochila.
En Guatemala, donde el miércoles continuaron su marcha en medio de tuits amenazadores del presidente Donald Trump y de otras autoridades estadounidenses, los residentes les ofrecieron a su paso comida, agua y viajes en camionetas o remolques de camiones.
El éxodo masivo ha provocado la ira de Trump, que advirtió a los gobiernos de la región que permitir este tipo de migraciones podría conllevar al final de la ayuda financiera que reciben los países centroamericanos. Washington ha comprometido fondos por 2.600 millones de dólares para las naciones que conforman el Triángulo Norte de Centroamérica -Honduras, Guatemala y El Salvador-, todos ellos fuente de migrantes.
El presidente guatemalteco Jimmy Morales señaló el miércoles que aunque un acuerdo regional ampara la libre circulación de los centroamericanos en la zona, el ingreso masivo de gente sin registrarse pone al país en una posición difícil porque es imposible saber quiénes son.
El gobierno de México, la siguiente parada de los migrantes si logran cruzar Guatemala, dijo en un comunicado que cualquier persona que posea documentos y visa podrá ingresar al país y solicitar el estatus de refugiado.
Las secretarías de Relaciones Exteriores y Gobernación aztecas añadieron que todos los casos deben procesarse individualmente, lo que sugiere que las autoridades no tienen la intención de permitir que los migrantes crucen la frontera en masa sin pasar por los procedimientos de migración.
Asimismo indicaron que cualquier persona que ingrese a México de manera «irregular» se enfrenta a la detención y deportación. México requiere que los hondureños presenten un pasaporte y, en la mayoría de los casos, una visa mexicana, para poder entrar al país.
Ninguno de los migrantes con los que habló AP en el camino llevaba su pasaporte. Pese a esa advertencia Carlos López, de 27 años, confió en que «en México nos van a dar una visa de trabajo que dura 40 días».
Luis Arreaga, embajador de Estados Unidos en Guatemala, publicó un mensaje en Twitter dirigido a los migrantes que quieren llegar a suelo estadounidense.
«Si usted trata de entrar a Estados Unidos será detenido y deportado», dijo Arreaga en español. Y dirigiéndose a los que ya están en viaje agregó «regrese a su país. Su intento de migrar fracasará» Pero las amenazas no ha logrados disuadir a los migrantes. Henry Tejeda, natural de Puerto Colón, Honduras, sostuvo que se «quiero pedir asilo político (en Estados Unidos) y ayudar a mi familia».
El hombre, que se paró a un lado de una autopista en el departamento guatemalteco de Zacapa para pedir dinero, contó que dejó a su esposa y a sus cuatro hijos atrás y que huye de la pobreza y la violencia descontrolada en su país, que tiene una de las tasas de homicidios más altas del mundo. Su madre fue asesinada hace cuatro años y su hermano también fue baleado. «Aquí llevo los documentos para probar que no miento», dijo Tejada.