Me parece que muy pocos, por no decir ninguno, de nuestros políticos está calibrando la magnitud del daño que estamos infligiendo a la sociedad, al mantener flagrantemente la impunidad.
Digo estamos, porque los políticos tienen como cómplices a todos quienes carecemos de suficientes timbales o energía o juventud para echar cuatro San Antonios y decir “¡basta ya!”.
El fin de semana pasado en un exclusivo club social andaba exhibiéndose, jugando tennis, uno de los inculpados del caso Odebrecht, quien dizque guarda arresto domiciliario.
Esto ya no se trata de si el PLD es bueno o malo o si el PRM ofrece soluciones viables o si los demás harán buen negocio aliándose a uno u otro partido mayoritario.
Es que la política toda ha ido perdiendo su sentido de servicio público y hasta excepciones notables como Navarro del PLD, Collado del PRM o Ito del PRSC, deben contemporizar para seguir en la liza o no salirse del ruedo.
Y robar, sobornar, engañar, desfalcar o cualquier diablura es tersamente una “indelicadeza”. ¡Nos faltan testículos!