Capacitación cultural al más alto nivel
Cada día se estrechan más los espacios cultos. Librerías y bibliotecas se niegan a resistir el auge de las plataformas digitales. Pero no todo está perdido.
Un compañero de aventuras estudiantiles posteó una imagen en las redes sociales donde posa en un pasillo del Teatro Nacional Eduardo Brito, junto a varias personas de mediana edad.
Lucían tan alegremente satisfechos que atraparon nuestra atención de inmediato. Y supongo que la de todos a los que se les envió la publicación.
Procedí a hurgar. Pronto supimos que la imagen correspondía a los integrantes del Grupo de Capacitación Cultural.
¿Qué el Grupo de Capacitación Cultural? – Pregunté–. Es un programa auspiciado por el Teatro Eduardo Brito y su Fundación de Amigos. Ayuda a los participantes a desarrollar y valorar aspectos básicos sobre Apreciación Cultural, Literaria, Crítica de Arte, Teatro, Música, Voz y Danza.
El objetivo de afianzar y ampliar los conocimientos culturales de los profesionales de las artes, así como del público asistente a las convocatorias, impulsando y promoviendo así la cultura e identidad nacional en las nuevas generaciones.
Los participantes tienen oportunidades de disfrutar de coloquios con renombrados escritores, intelectuales y gestores culturales. De conciertos, óperas y ballets en pantalla gigante, desde el MET de New York o el Royal Ópera House de Londres.
Esta iniciativa es sin costo para un número de participantes limitado. Y cuando se agota esa facilidad, los participantes pueden adquirir boletas a un precio bastante asequible.
A tres temporadas. Creado por gestión del pasado director Carlos Espinal y más tarde continuada por el otro Carlos, Veitía, el espacio continúa activo desde 2022, beneficiando a miles de personas.
La idea es acercar la Cultura a la población llana que por equis razón la desconoce.
No la disfruta.
El Grupo de Capacitación Cultural es parte de esas escasas, no del todo conocidas e incentivadas iniciativas que con presteza podrán contribuir con la ampliación del círculo cada vez más reducido que acorrala las actividades netamente culturales.
¡En hora buena!
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