Caos y desavenencias

Caos y desavenencias

Caos y desavenencias

Roberto Marcallé Abreu

Revisar con actitud reflexiva nuestra cotidianidad sin dejarnos arrastrar por sentimientos e ideas catastróficas bien puede transformarse en una puerta abierta al descreimiento, la depresión, el asombro o una tristeza inconsolable.

La interrogante que nos abruma de inmediato es: ¿en qué clase de seres humanos nos hemos transformado? ¿Hacia dónde debemos orientarnos en este camino estrecho de ideas paradójicas en que ha ido convirtiéndose nuestra vida? Uno percibe y siente que el horizonte se oscurece y que, a toda costa, debemos superar este panorama de amargura.

“Un tribunal de Villa Altagracia envió ayer a Najayo a un monstruo”, nos describe una crónica periodística. “De acuerdo con algunos detalles, desde el año 1995 el sujeto ha estado dando cuenta de la vida de mujeres, sin que en ningún caso se le hubiera investigado a fondo”.

Hablamos de seis, siete mujeres cruelmente asesinadas y uno no sabe a cuánto asciende el número definitivo. (Editorial de El Día, 13 de noviembre). La pregunta que se formula el editorialista es abrumadora: “¿Cómo es posible que alguien actúe de esta manera, durante tanto tiempo, sin que el vecindario, el Ministerio Público o la Policía se enteren?” O hagan algo, medito yo.

Otro titular señala que “la lista de muerte coincide con el registro policial”. Nazario Mercedes, de 65 años, el acusado, dijo que, en 29 años, “mató a cinco mujeres y dejó una sexta gravemente herida pero que, tal parece que sobrevivió”.
La llamada de alerta puede darnos una idea del límite en que nos encontramos como “sociedad civilizada”.

Al referirse a la situación que nos espera cada vez que salimos a la calle, un funcionario admite que “la inobservancia de la ley nos ha llevado hasta este desorden mayúsculo”.

Añadió como ejemplo que “un gran porcentaje de los accidentes viales surge por fallas humanas”. ¿Cuáles? El elevado consumo de alcohol. ¿Solo de alcohol? Es la pregunta. La respuesta es: ¡No!

Las noticias nos abruman. “Descubren mafia dentro del penal La Victoria” (Diario Libre). El articulista relata que, en la indagatoria se detectó la presencia “de altos oficiales” tras la distribución y venta de alcohol y estimulantes sexuales”.

“Dictan 15 años de prisión a mujer que mató a su pareja”. “Asociación Dominicana de Profesores juramenta en Higüey presidente acusado de plagio”. “Titulares de Cámara de Cuentas buscan reelegirse aún bajo fuertes acusaciones”.

Es en este contexto que el editorial del periódico “El Día” del 15 de este mes urge a “restablecer el orden en la sociedad”, porque se requiere “más que un esfuerzo puntual, una voluntad firme y constante”.

Un texto del periódico Hoy señala que “el deterioro físico y mental aumenta para familias de desaparecidos, quienes deploraron ayer la incapacidad de las autoridades de brindar información sobre los avances e investigaciones que, en muchos casos, tienen meses y años sin resolver”.

El diario formula una pregunta abrumadora sobre una diversidad de casos y sus respectivas incongruencias. Este es un tema que debe ser de obligada reflexión para todos y cada uno de quienes habitamos en esta tierra alguna vez “bendecida por Dios”.

 



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