Santo Domingo.-El cáncer es una enfermedad que poco tiene que ver con la edad de las personas o su condición social, por lo que un segmento de la población, como son los niños, se ven atacados por esta, sin saber cuál será su destino final.
Aylin Roxana Maríñez Báez es una de esos 14 niños que deberían ser diagnosticados con cáncer infantil por cada 100 mil habitantes, pero también está en ese 64 % de la tasa de sobrevida en el país.
Aylin, con sólo 12 años de edad, fue diagnosticada con cáncer, específicamente un rabdomiosarcoma embrionario tipo botrioides, cuya frecuencia se ubica en 3.5 % de los casos en niños de cero a 14 años y que su ubicación típica es la vagina.
Este tipo de tumor maligno se caracteriza por múltiples proyecciones polipoides que forman racimos de consistencia gelatinosa, friables y que se desprenden en fragmentos, a menudo ocasionando hemorragias.
Cómo empezó
Maríñez Báez, quien hoy tiene 17 años, recuerda que estaba en casa de su madre cuando sintió que algo muy pesado le salió por la parte baja del vientre.
En un primer momento, pensó que le había llegado la menstruación, por lo que no fue de inmediato a revisar.
Luego de un rato, cuando decidió ir al baño, tenía una masa que, según define, era como un ramo de uvas, por lo que llamó a su madre para mostrarle y la llevaron rápidamente al médico, pero antes de eso, nunca tuvo síntoma alguno.
El primer diagnóstico que le dieron fue un quiste de ovario, por el cual le practicaron su primera intervención, pero a los cinco días volvió a sentir la masa, por lo que ella junto a su madre Susana Báez, fueron en busca de otro diagnóstico en Ginecología y Obstetricia, donde el médico le dijo que ya no estaba en sus manos atender el caso.
En menos de dos meses, Aylin había sido sometida a tres cirugías quirúrgicas.
La segunda se la realizaron un mes después cuando en el Instituto Oncológico Doctor Heriberto Pieter le diagnosticaron el cáncer.
A los 15 días de esa operación, el tumor, el cual se sabía que era maligno, había crecido el tripe, teniendo que extirparle un ovario.
Esta fue la última operación, pero luego de esta vendría la batalla por continuar sana, pues tuvo que someterse a 30 quimioterapias, en un lapso de casi dos años.
Al conversar con EL DÍA recordó que esos procedimientos la llevaban a estar hasta cuatro días ingresada en el hospital y que, en muchas ocasiones, cuando le daban de alta su madre tenía que volver con ella al centro médico por lo débil que se encontraba.
Fuerzas para pelear
A los niños que se encuentran en la misma situación por la que ella pasó, les recomendó luchar, “no puedo decirles que todo va a estar bien porque eso yo no lo sé, pero tengan fuerzas para pelear por sus vidas”, aconsejó.
Aylin dice que el apoyo de su familia, especialmente, sus abuelos y sus tíos, además, de sus amigos fue vital en este proceso, para poder adaptarse a esa nueva realidad que se le presentó.
Entre risas, comenta que cuando se le estaba cayendo el cabello no se acomplejó, incluso le dijo a uno de sus tíos llamado Leo que la recorte, pero este no tuvo el valor de hacerlo, por lo que tomó el abejón de este y lo hizo ella misma.
En ese sentido, cuando regresó escuela, ubicada en la comunidad de Pedro Corto, San Juan, luego de pasar un tiempo en Santo Domingo, ella utilizaba un gorro para tapar su cabeza, pero sus compañeros eran los primeros en darle ánimos y decirle que no tenía por qué usarlo.
Sus amigos estuvieron siempre para ella, la llamaban, hacían cadenas de oración e iban a visitarla cada vez que iba al campo.
Prevención
Luego de pasar por este proceso de cáncer, Aylin lleva una rutina mensual, en la que debe hacerse chequeos para descartar que nueva vez este tumor haga presencia en su cuerpo.
Apoyo psicológico clave en recuperación niños.
Emocional. El apoyo psicológico a pacientes de cáncer en menores de edad es de mucha importancia, y es la clave para el resultado positivo del tratamiento.
Este es el planteamiento del oncólogo Héctor Manuel Rosario, del hospital Francisco Moscoso Puello, quien señaló que tambien es clave la detección temprana del cáncer para una oportuna asistencia.
Rosario afirma que los psicólogos y otros proveedores de salud mental ayudan a las personas a sobrellevar los problemas, controlar mejor el estrés y lidiar con los periodos de adaptación, ya que los niños y sus familias se enfrentan a desafíos en esta experiencia.