Caminar es el ejercicio más básico recomendado a casi todas las personas, porque lo podemos hacer al ritmo de cada uno. Las personas que necesitan ayuda extra pueden auxiliarse de un bastón.
Al caminar es importante tomar en cuenta la superficie, porque de eso depende la intensidad del ejercicio y el peso que ponemos a nuestros pies y articulaciones. La superficie también incide en el balance.
Al caminar, como ejercicio, ponga atención al impacto que siente en sus caderas y rodillas, en especial si sufre de artritis. Revise los calzados que utiliza; unas plantillas podrían ayudarle a amortiguar el impacto. También es importante mantenerse caminando en una superficie nivelada y segura.
Caminar no requiere un lugar especifico, puede ser al aire libre en aceras, veredas, en la ciudad, o mercados, parques, patios y pistas de atletismos así como senderos para caminar y otros lugares abiertos también pueden funcionar para ejercitarnos solos o en grupos.
Los lugares cerrados, como centros comerciales, iglesias, museos, casas u oficinas también pueden ser buenos lugares para caminatas cortas o largas. Lo más importante es que verifique la seguridad del espacio. Fíjese bien por dónde camina. Sea consciente de cada paso que da.
Una caminata efectiva puede variar de solo tres minutos hasta una hora; todo depende de las circunstancias individuales. Empiece en el momento en que está ahora y vaya aumentando gradualmente. Luego de iniciar, su cuerpo le dejará saber hasta dónde llegar cada vez.
En principio, es recomendable, dejar un día por medio para evitar lesiones y facilitar que el cuerpo se adapte. Redúzcalo hasta que logre caminar 30 minutos cinco días a la semana.