Cambios bajo una tragedia

Cambios bajo una tragedia

Cambios bajo una tragedia

Dunia De Windt

No es la primera vez que ocurre y si las condiciones continúan siendo las actuales que conocemos pues no será la última. No hay cómo calificar lo sucedido recientemente en el Hospital Robert Reid Cabral.

La parsimonia de las autoridades “competentes” del hospital y el Ministerio de Sanidad llenó de indignación a la población que esperaba alguna explicación más creíble.

Como era de esperarse ninguno de los involucrados dimitió de sus cargos antes de que el presidente Medina, en un alarde justificado de poder, los destituyera luego del informe recibido por el trágico suceso.

Para nadie es un secreto que el Hospital Robert Reid Cabral y otros centros de salud pública reciben muy poco dinero del presupuesto estipulado para Salud. Este hospital debería ser el más completo y mejor para la infancia del país.

La falta de oxígeno o que los ascensores no funcionen, o que no haya ventilación o medicinas es intolerable y da vergüenza!!!

Sabemos que en este país no contamos con servicios públicos que sirvan, es un problema grave de base que tenemos, sistema sanitario público es lo peor, decadente.

El Estado dominicano debe enfrascarse en la tarea de mantener y acondicionar cada uno de los centros de asistencia pública y que éstos puedan contar con el debido equipamiento y atención a sus usuarios, pero se han descuidado muchísimo hasta que ocurren las desgracias.

En ese sentido, y algo que debió haber hecho hace tiempo el presidente Medina, no sólo destituyó a esas autoridades sino que descentralizo bajo el decreto 379-14 la desconcentración administrativa, funcional y territorial del vice ministerio de Atención a las Personas y de los Servicios Regionales de Salud.

Este decreto establece que su objetivo es iniciar el proceso de separación de las funciones de provisión de servicios de salud, la rectoría y salud colectiva en el Ministerio de Salud Pública.

Por cierto, me sumo oficialmente a la campaña existente en los medios de comunicación en el que sugerimos a los flamantes diputados que los millones de pesos que les caen del cielo en Navidad para absurdos dispendios que sean donados íntegramente al Hospital Robert Reid Cabral y otros centros de salud.

La sanidad pública de este país tiene la obligación de cambiar y ser más útil para todos.



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