Jesús Díaz
La ambientación política que vive el país ha generado la idea del cambio de gobierno, tanto en los niveles municipales, congresual y presidencial. Es una lógica estructurada por los años que lleva el partido de gobierno y su manejo al frente de éste.
El hartazgo se evidencia en los diferentes sectores de la vida nacional y se acentúan en las encuestas y sondeos que se realizan a todos los niveles, dándole amplias ventajas a la oposición política representada por Luis Abinader y las fuerzas políticas aliadas.
Pero de producirse un cambio de gobierno en este nuevo año las demandas pendientes de la sociedad nuestra deben formar ejes fundamentales del poder ejecutivo, entre ellos, adecentar la justicia para que al frente de ésta no tenga un cuadro de partidos políticos y la independencia del procurador general de la república no dependa del Poder Ejecutivo, evitando que los casos de corrupción se conviertan en una profunda impunidad.
El nuevo gobierno debe estar al servicio de los ciudadanos y no de los poderosos.
El drama que vivimos en materia de medio ambiente y las intervenciones a nuestros parques nacionales ha generado atraso proverbial en las distintas regiones del país.
La seguridad ciudadana y el empleo no pueden seguir siendo sesgos y debilidades. Urge una re-composición estatal y fomento de quienes nos dirigen.
Apostemos al cambio verdadero de la política donde el robo y la sustracción de los fondos públicos no sigan reproduciendo pobreza y exclusión, generando más indigencia a los hombres y mujeres de esta media isla.
Los dominicanos no podemos ser sobrevivientes sociales de un modelo fallido que niega los derechos básicos.
Cambiemos y que los políticos no nos roben las esperanzas y los sueños
