La influencia de la República Dominicana en las causas que provocan el cambio climático es prácticamente insignificante, sin embargo, somos el décimo país, en términos relativos, más afectado por sus consecuencias.
A pesar de esta realidad en nuestro país hablamos más de mitigación que de adaptación. La mitigación es reducir la emisión de gases de “efecto invernadero” que son los causantes del calentamiento global, fundamentalmente dióxido de carbono y metano.
No es que dejemos de promover las energías renovables o variedades de vacas que tiren menos “peos”. Es que además de eso pensemos, e invirtamos, en garantizar la alimentación y subsistencia de nuestro pueblo en medio de las consecuencias del cambio climático.
Las grandes potencias, que han sido las grandes contaminadoras y las grandes causantes del cambio climático, ahora quieren que los países subdesarrollados inviertan en “mitigar”, imponiendo condiciones a través de sus agencias de “cooperación” y organismos que responden a sus intereses.
Cuando la escasez de agua y otros recursos provoque una escasez de alimentos, como ya lo pronostica la FAO, la ONU y el Programa Mundial de Alimentos, esos países, los responsables del cambio climático, harán lo mismo que hicieron con las vacunas en medio de la pandemia: acaparar y dejar a los demás sin nada.
Nuestro país tiene las condiciones para afrontar las consecuencias del cambio climático, y poder alimentar a nuestro pueblo y sostener nuestra economía, pero para eso debemos prepararnos, debemos adaptarnos.
Frenar el cambio climático no depende de nosotros. Adaptarnos para subsistir y sobrevivir está enteramente en nuestras manos.