Con frecuencia te sientes lastimado porque esa persona especial mantiene o repite esos comportamientos que te hacen sentir mal. A pesar de que se lo has dicho muchas veces, parece que no le importa.
Siempre vuelve a hacer o decir lo mismo. Parece que hablas “chino” o que la relación no le importa.
Entre parejas, familias y amigos suelen sucederse conflictos en los que las personas se lastiman con palabras o actitudes porque no saben parar a tiempo.
Cuando no sabemos ponernos en los zapatos de la otra persona, somos más propensos a decir o hacer cosas innecesarias.
Dentro de las discusiones, uno de los recursos más dolorosos son los “trapos sucios”. Cuando sacamos todos los fallos del pasado para que el otro no se crea tan superior, lejos de aportar a la relación le creamos una nueva cicatriz. Cuando la persona no llega a tiempo y tampoco llama o se disculpa; crea más inseguridad y distancia.
¿Eres la persona que se siente herida, quien ha demandado consideración, respeto o cualquier otra forma de atención? ¿Has pensado en probar con los “mensajes YO”? En esta modalidad, le dejas saber a tu compañero cómo te sientes cuando el o ella actúa de una manera X.
Por ejemplo, “cuando llegas tarde y no me llamas para dejarme saber, me preocupo”. “Cuando me apuras, me estreso y angustio”.
De este modo, es más fácil que la otra persona se ponga en tus zapatos y tenga otra actitud. Si del otro modo no te ha funcionado, trata este.
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