Camarón que se duerme...

Camarón que se duerme…

Camarón que se duerme…

Hugo López Morrobel

Es una tradición, una costumbre, observar en cualquier competencia, que los triunfadores gozan, mientras los derrotados se tienen que lamer sus lágrimas con los tradicionales pataleos, argumentando en muchos casos, lesiones, falta de planificación, o cualquier otra situación, todo esto, como una forma de no auto culparse de los errores cometidos durante el desarrollo de la misma.

Esa es una situación tan común, que ya la gente está acostumbrada y en la mayoría de los casos, presta muy poca atención, debido a que ese es el método, el común denominador al que se echa mano cuando se pierde.

Uno de los errores más comunes es culpar a otros, sin ver la paja de sus propios ojos, y el caso más común en los últimos años lo observamos en los resultados en la Fórmula Uno, en la cual la escudería Red Bull ha mantenido un dominio casi absoluto frente a otras que se han quedado rezagadas, como es el caso de la Ferrari y Mercedes que por años fueron invencibles.

Es sólo un ejemplo de cómo las cosas pueden variar 180 grados cuando no se toman las previsiones y se trabaja con ahínco y en forma constante, en pro de mantener el dominio que tuvieron durante muchos años.

Y es que Red Bull no se duerme, y aunque las demás anunciaron que harían alianzas estratégicas para mejorar su desempeño, ayer con su piloto estrella Max Verstappen, marcó el mejor tiempo en la primera de las tres jornadas de pruebas de la pretemporada 2024.

Definitivamente, camarón que se duerme, se lo lleva la corriente, sin importar los récords histórico que otros hayan podido acumular.

Por lo tanto, los gritos y lamentos se quedan como las formas más usuales de los que no tienen respuestas a la realidad presente y futura. Eso debe quedar bastante claro.