Uno de los síntomas comunes y más incómodos del proceso pre-menopáusico y la menopausia son los calores súbitos, también conocidos como sofocos, los cuales resultan más incómodos durante la noche, cuando la persona despierta acalorada aun teniendo aire acondicionado y ventiladores (abanicos).
Los sudores nocturnos pueden suceder por varios años, por lo que crean gran interrupción en la cotidianidad de las mujeres y sus ambientes familiares y laborales.
Afortunadamente, muchas mujeres pasan por esa etapa de la vida sin sentir grandes molestias; en cambio, otras tienen peor experiencia. Lamentablemente, según algunas investigaciones científicas las mujeres hispanas, al igual que las afroamericanas, padecen de calores súbitos por más años que las mujeres blancas y asiáticas.
La industria farmacológica tiene medicamentos que pueden ayudar, sin embargo la primera y mejor opción debería ser la modificación del estilo de vida, donde se incluye la selección de vestimenta ligera, en colores claros, y tejidos frescos.
Durante la noche, para reducir los sudores nocturnos, mantenga su dormitorio más frío; coloque cortinas que bloqueen los rayos solares de la tarde, si no dispone de aire acondicionado, tenga al menos dos abanicos en diferentes posiciones para aclimatar.
Tenga un recipiente con agua, e incluso con hielo para ayudar el trabajo de los abanicos. Tenga agua fresca en una botella o un recipiente bien tapado para tomar sorbos cuando despierte acalorada.
En la cama, tenga sábanas y cobijas de diferentes materiales para que se acomode de acuerdo a la necesidad; incluya tejidos frescos, como el algodón. Hay quienes pueden necesitar incluir sabanas húmedas.
La próxima semana aprenderemos sobre los alimentos que regulan la temperatura corporal y por ende los calores súbitos.