Hay situaciones que se “caen por su propio peso”, porque no tienen ninguna credibilidad ni peso específico para sostenerlas.
El famoso pedido de construir un estadio de béisbol profesional en el Centro Olímpico fue un ensayo para ver cuál sería la reacción que ocasionaría dentro y fuera de los sectores ligados al béisbol.
Ahora nadie se responsabiliza de la idea, que como fallida al fin, no se atreven a reclamarla.
En este país se ven cosas que colgando parecen “sacos de papa”, porque hay que tener más que valor espartano para echar a andar una idea tan descabellada, absurda, imprudente y disparatada, aunque con mucha zurrapa, para conocer cuál sería la reacción de la población.
Pero de que hay poderosos en esos planes, los hay, y muchos, pero hay que tener la cara muy dura, o no tenerla, para salir a plantearla ante la opinión pública.
Un funcionario y dirigente político, que hasta está sonando para ser candidato a la Presidencia, no iba a lanzar esa idea si no se la hubiesen planteado.
Por lo tanto, sería interesante que se sinceraran y dijeran a la clara, quiénes promovieron una de las ideas más desatinadas e irracionales.