Pesa 116 gramos y contiene 75 de diámetro, su definición fenotípica es obra del antropólogo Abelardo Jiménez Lambertus.
SANTO DOMINGO.-La valentía en defensa de su raza, aportes que dieron inicio a los primeros cimientos del valor y respeto por los derechos humanos y de un pueblo libre, no deben quedar en el olvido…. La figura del cacique Enriquillo, un noble taíno que se alzó en rebelión contra las autoridades españolas de la isla ante las hostilidades y genocidios que cometían contra su gente, es más que suficiente para que su figura sea enaltecida a través de la historia.
El “Símbolo de la Resistencia Taína”, quien se sublevó en la intrincada Sierra de Bahoruco, operó una rebelión desde el 1519 hasta el 1533, alrededor de 14 años pasaron él y su pueblo luchando contra los invasores, quienes no pudieron derrotarlo.
Este cacique soberano inició la primera guerra de guerrillas de América, una estrategia militar de ataques rápidos contra sus enemigos.
Finalmente, en 1532 llegó de España Francisco Barrionuevo, con quien Enriquillo firmó el primer Tratado de Paz de América, en el Nuevo Mundo, el cual fue solicitado por el rey Carlos V, de España.
Su arrojo y sobradas actitudes de resiliencia y fortaleza, se destacaron durante los tiempos coloniales que, a la fecha, impregnan el espíritu y la gallardía que presume la dominicanidad contemporánea, como es el caso de Enriquillo.
No en vano, Gonzalo Fernández de Oviedo Valdés, militar, escritor, botánico, etnógrafo y colonizador español nombrado en 1532 por el emperador Carlos V, el primer cronista de las Indias recién descubiertas, acuñó la frase que reza: “Enriquillo hizo la paz más honrosa que ha hecho caballero o capitán o príncipe de Adán acá”.
Bujía inspiradora
Consciente del rescate de la memoria histórica de las presentes y futuras generaciones, así como el despertar de nuestra identidad, la historiadora, novelista e investigadora Lidia Martínez de Macarrulla, es quien asume el reto de trabajar e impulsar iniciativas para darle el lugar que se merece este cacique.
Confiesa que todo comenzó cuando hablando con los amigos de su generación se da cuenta de que no sabían mucho de Enriquillo y que la memoria histórica de este cacique se había perdido.
Agrega: “Incluso algunos me decían cosas que eran de Enriquillo como si hubiesen sido hechas por Caonabo. No lo consideré justo para alguien que tuvo tanta valentía y arrojo como este cacique, pues en un ambiente de tanto terror y miedo que inspiraban los encomenderos y las autoridades de la isla, él se atrevió a reclamar derechos para toda su raza.
Enriquillo sabía de las leyes que se habían dictado en España, donde los reconocían como súbditos de la corona. Reclamó justicia ante las autoridades acusando a su encomendero y no se hizo nada, solo provocó burlas el hecho de él creer que podía ser tratado igual que si fuera un español”.
La autora del libro “Enriquillo, Guerrillero de América”, quien es la presidenta de la Fundación Fomento, Cultura, Artes, Actividad Física y Educación (Fomcae), indica que, por ello, el compromiso de la entidad que dirige tiene como proyecto principal “Tras los restos del Cacique Enriquillo”, para redimensionar su memoria y legado.
Rescatar la identidad
En este sentido, Martínez asegura que hay mucho por hacer, entendiendo que las nuevas generaciones no saben de Enriquillo, aclara que: “En las escuelas se comienza nuestra historia con la Independencia del 27 de febrero del 1844.
No saben que hubo un líder taíno llamado Enriquillo que después de la toma de las tierras indígenas por los españoles fundó un pueblo libre en las faldas de la Sierra del Bahoruco en el 1533”.
Respondiendo la pregunta sobre cómo se puede seguir formando y reforzando el conocimiento de los estudiantes en el rescate de la memoria histórica, destaca que esto se podría conseguir si se aplicara el decreto que instituyó el presidente Luis Abinader el 3 de diciembre del 2021, en el que ordenó al Ministerio de Educación la implementación de una Cátedra Ciudadana sobre Enriquillo, para ser impartida en los centros educativos del país.
“Pero hasta el momento no se ha hecho. Si esto se hiciera, no solo sabríamos de Enriquillo, sino de todos los nativos que poblaban la isla de Quisqueya cuando llegaron los españoles en el 1492”, afirmó.
De su lado, Juan Pablo Uribe, presidente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, quien forma parte de la Comisión Especial encargada de coordinar y realizar las disposiciones establecidas en el decreto, informó que la historia que se entreteje alrededor de la figura combatiente y resistente del Cacique Enriquillo lo eleva a condiciones míticas, convirtiéndolo, a su vez, en parte sustancial del patrimonio simbólico de la dominicanidad.
En honor a su legado
El filósofo expresa que “El decreto 783-21 del presidente Luis Abinader va, precisamente, en la dirección historiográfica dominicanista, de redimensionarlo en el contexto de nuestros valores nacionales.
Es por esto la decisión de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias de emitir una medalla conmemorativa de edición limitada, con un extraordinario valor estético e histórico que dignifica la conmemoración”.
Especificaciones
—1— Ficha Técnica
La creación de la medalla contó con la coordinación técnica del numismático y heraldista Miguel Estrella.
—2— Presentación
La medalla será puesta en circulación hoy, en la Casa de la Moneda, en la calle Arzobispo Meriño #358, a las 10:00 de la mañana.