Llegando el cierre del presente año y al borde del del inicio del 2026 nos preguntamos cuál es la buena noticia con la cual debemos cerrar este período calendario. La buena nueva en términos bíblicos sería la proclamación de la llegada de Jesús y con ello el perdón a través de su testimonio, vida y sacrifico.
Sin embargo, la realidad dominicana es de un año que cierra com el inmenso dolor de la tragedia del Jet Set y la impunidad que ha envuelto el establecimiento de responsabilidades y castigos. Algo parecido al tan sonado caso del Senasa con la selectividad judicial que ofende frente a la magnitud y consecuencias catastróficas de todos los involucrados en uno de los casos más trascendentales de corrupción gubernamental.
Un año que cierra con un Código de Trabajo incompleto, festinado y sin consenso. Un año donde los estupefacientes y el juego de azar evidencian enormes pasos de avances, a pesar de la lucha contra las drogas y la hipocresía sociopolítica contra la ludopatía.
Un año más sin someter decenas de funcionarios que a lo largo de las últimas décadas exhiben niveles de riqueza y bienestar incompatible con sus ingresos declarados y cargos ocupados.
Pudiéramos seguir el rosario de nuestra realidad citando la abundancia de políticos de un mismo discurso y actuación solo separados por diferentes consignas o colores. O los casos de explotación comercial de la ignorancia y pobreza con vulgaridad y antivalores aprovechando los avances en las comunicaciones digitales.
Pero preferimos terminar el año exhortando a cada cual hacer un balance del año que termina, reflexionando sobre sus logros, desafíos y experiencias. Tómese el tiempo para agradecer las bendiciones recibidas, honrar a los seres queridos que se fueron y valorar la vida que tenemos.
El año nuevo puede ser como una pizarra en blanco donde familias y la sociedad en general puedan escribir una nueva narrativa. Una historia como nación donde se produzcan los cambios y acciones que contribuyan a que todos podamos tener un futuro con mayores esperanzas de igualdad y bienaventuranzas. ¡Feliz Año Nuevo para todos!
