Santo Domingo.– El buque escuela español Juan Sebastián Elcano, considerado la embajada itinerante de España, hizo escala en República Dominicana cargado de 127 kilos de cocaína, parte de la cual dejó en New York cuando salió del puerto de Santo Domingo y la otra parte la llevó a su país de origen, donde fue detectada.
La embarcación es la misma que suele visitar República Dominicana como parte de los ejercicios de los guardiamarinos españoles y en el que visitó el país hace 30 años el actual rey Felipe VI cuando era un adolescente príncipe de 17 años.
La reconstrucción con los detalles de la ruta da cuenta que la droga fue recibida en Cartagena de Indias, Colombia, de donde Elcano zarpó hacia Santo Domingo, permaneciendo en el país del 24 al 28 de abril, haciendo una parada entre el 10 y el 15 de mayo en New York, donde fueron entregados 20 kilos de la cocaína. Las autoridades estadounidenses detuvieron a los narcotraficantes que recibieron la cocaína e informaron a la policía española del suceso, lo que incrementó el control de entradas y salidas del barco e impidió a los marineros entregar la droga en las siguientes escalas tal y como tenían previsto.
El pasado 12 de julio, tres marineros, dos españoles y un ecuatoriano, luego del regreso del buque a España fueron apresados y acusados de narcotráfico. Los marineros cobraron por cada kilo de coca transportada 5,000 dólares (unos 3,800 euros). Después de un exhaustivo registro de la nave, el gran alijo de cocaína fue encontrado el 2 de agosto.
Los acusados se enfrentan a una pena de entre seis meses y seis años de cárcel, según estableces el Código Penal militar español.
El orgullo de la Armada española fue botado en 1927 y desde entonces su misión principal es la formación de alumnos de marina que cursan carrera en la Escuela Naval.
El barco tiene 113 metros de eslora y embarca a casi 200 personas en cada viaje alrededor del mundo, que suele durar unos 6 meses. Siendo un guardiamarina, el entonces rey Juan Carlos a bordo del Elcano desembarcó en Santo Domingo, en 1958, fue sancionado durante la travesía por el capitán de la nave, impidiéndole bajar a tierra dominicana.
El príncipe había embarcado junto con su promoción para una gira por varios países de América Latina.
