Vi ayer una encuesta según la cual dizque “se consolida la sensación de que el rumbo no convence” y que “la imagen del liderazgo de Luis Abinader está debilitada, con baja conexión y escasa inspiración”.
Quizás es cierto. Pero fuera de contexto una verdad puede ser mentira o engañosa. Después de alcanzar altísimas tasas de aprobación y ser reelecto por una convincente mayoría, subir o mantenerse tan arriba habría sido muy difícil. Sería contrario a la tradición latinoamericana con respecto a presidentes que no pueden optar por otra reelección.
Sin embargo, en lo que he visto del manejo de la data a que me refiero, parece más un editorial de la prensa opositora que un informe técnico. Lo que se consolida es porque antes existía y al contrario, todas las encuestas serias favorecían por mucho al Gobierno hasta hace pocos meses.
La recia oposición puede enchinchar sentimientos de rechazo. Empero, otra cosa es motivar un voto de castigo que saque del poder al PRM. Horas después de un apagón general es claro cual resultaría el ánimo del público.
En las actuales circunstancias, todavía el rumbo del país depende más de lo que decida y haga Abinader de lo que diga la oposición. Insistir en no corregir lo que es tan evidente que dan ganas de llorar haría pensar que él no desea que su partido siga arriba.
Actuar decisiva y prontamente, enfrentando lo que está a la vista, es mejor respuesta que todas las declaraciones, anuncios, publicidad o excusas que puedan argüirse. La cosa no está para más bulos ni bolas ni bultos, aunque “del aquel” vendría bien…