¿Buenos días?

¿Buenos días?

¿Buenos días?

Rafael Molina Morillo, director de El Día

¿Buenos días?

En más de una ocasión he comenzado a escribir esta columna lamentando que el título de la misma no se corresponde con lo tratado en su contenido.

Hoy, por ejemplo, es una fecha que debería servir para entregarnos a las más hondas reflexiones, por estar consagrada como Día del Poder Judicial. Pero la realidad nos empuja por un derrotero de impunidad y complicidades que nos aleja cada vez más de la confianza en las instituciones del Estado y nos quita las ganas de decir “buenos días”.

La sociedad ha dejado de ser el hogar natural de la convivencia civilizada de las familias y los ciudadanos, para convertirse en la sede consentida de los asesinatos, secuestros, estafas, tiroteos, inseguridad, robos, quiebras y cuantas formas de delinquir le vengan a la mente a cualquier ciudadano.

El Poder Judicial y sus dependencias no tienen la culpa de esta situación, pero sí tienen mucho que ver con ella.

¿Por qué no dejamos de pronunciar tantos discursos bonitos, y en vez de ello aprovechamos esta fecha para dar un puñetazo en la mesa y comenzar a vivir digna, responsable y valientemente desde hoy mismo?



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