Buenas intenciones: Dudosos resultados

Buenas intenciones: Dudosos resultados

Buenas intenciones: Dudosos resultados

Frederich E. Bergés

Dice un viejo refrán de origen impreciso: el camino al infierno está lleno de buenas intenciones. Se refiere a que muchas veces iniciativas envueltas en las mejores intenciones terminan produciendo resultados indeseados, muchas veces, inclusive, perjudiciales para el objetivo para lo cual fueron diseñadas.

Tal es el caso de la propuesta reciente que procura formalizar el trabajo de las empleadas domésticas.

El borrador reciente de la resolución del Ministerio de Trabajo, que procura formalizar a las empleadas domésticas contiene una serie de consideraciones que lejos de ayudar a mejorar las condiciones de vida de estas personas, pone en vilo de eliminación a las mismas.

Esto, porque el proyecto establecería una serie de derechos que amén de encarecer su contratación y establecer una burocracia adicional, pone bajo cuestionamiento la legalidad de dicha disposición.

Como ejemplos de lo anterior, tenemos la primera consideración que es la limitación de las jornadas de trabajo a 44 horas semanales y a unas 8 horas diarias, un horario realmente incompatible con la efectividad de esas labores.

Inclusive para los casos de domésticas que duermen en el hogar en que trabajan, se hace aún más difícil.

A esto se le agrega el tema de registro en la seguridad social, los aportes por cuenta del patrón y los aportes por cuenta del trabajador, todo lo cual conlleva una burocracia para los hogares que solo aquellos que disponen de empresas holgadas para poner sus empleados en nómina, podrían cumplir.

Algo similar a esto, pero en otra dimensión, sucede con el enorme sector informal de la economía. Muchas han sido las iniciativas de registros simplificados, talleres aislados de capacitación y otras acciones, que lejos de disminuir la informalidad, los resultados reales reflejan en aumento cada vez mayor de trabajadores por cuenta propia y negocios informales.

Todo trabajador tiene derecho a la seguridad social y la obligación de tributar al Estado según sus resultados económicos. Sin embargo, las soluciones para lograr estos objetivos han sido poco creativos e inefectivos. Pensemos fuera de las normas habituales en procura de soluciones verdaderamente reales, para que las buenas intenciones se acompañen como todos queremos, de resultados efectivos.



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