Frederich E. Bergés
Si algo ha caracterizado la actual campaña política hacia la meta final de las elecciones presidenciales de mayo de 2010, ha sido la semejanza que guarda con un concurso de popularidad, carente de ideología o propuestas.
En ese sentido se ha ido adelante el Partido Revolucionario Moderno con su propuesta de Gobierno de Cambio, entendiéndose como tal su programa de gobierno.
Mediante un documento bien estructurado, se nos presenta un enunciado en el cual sobresale la calidad de vida del dominicano, basada en asegurar resultados básicos como el trabajo, la alimentación, salud y educación. Algo a lo cual todos aspiramos como mínimos en nuestra sociedad.
El programa se basa en los principios del trabajo colectivo, el poder ciudadano y explotación de las capacidades y oportunidades. Indican que para ello aspiran empoderar al ciudadano con una forma de hacer política en un clima de nuevas dinámicas, modernizando al estado. En fin, un documento bien estructurado, en secuencia lógica, cubriendo temáticas diversas de manera coherente.
Pero como dice la frase atribuida a san Francisco de Sales: el camino al infierno está lleno de buenas intenciones. O sea, de nada sirven los buenos propósitos si no van acompañados de las obras. Y por ello, estos planes muchas veces se ven opacados por las realidades presentadas una vez su propulsor alcanza el poder.
Para solo enunciar tres ejemplos, corregir las evasiones y elusiones fiscales, enderezar los entuertos de las distribuidoras eléctricas, y ejecutar una profunda reforma fiscal, son retos que habrán de requerir gastar un enorme capital político, que si bien podría estar en las intenciones de un mandatario, chocan de frente con los deseos continuistas de los partidos políticos que representan.
Estos desafíos habrán de requerir esfuerzos decididos, creativos y gastadores, que ojalá acompañasen enunciados tan elocuentes como los que vemos en esta propuesta de gobierno y las que pronto esperamos nos presenten los demás partidos políticos contendientes en el venidero torneo.
