Es una buena noticia para la economía dominicana la confirmación por el presidente Medina del gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, y su vicegobernadora Clarisa de la Rocha.

El excelente manejo de ambos funcionarios es indiscutible, pues el sistema financiero luce sano y confiable.

Las tendencias inflacionarias reciben respuestas adecuadas para contrarrestarlas, preservando el valor y convertibilidad de nuestra moneda. Y además hay liquidez y solvencia del sistema bancario.

Esas condiciones internas, pese a todas las preocupantes críticas de la oposición por el crecimiento del endeudamiento externo, han generado tal confianza de inversionistas que las emisiones de bonos son devoradas por los mercados internacionales.

Valdez Albizu lleva 20 años como gobernador (desde 1994 designado por Balaguer, con un interregno en el gobierno de Hipólito Mejía).

Este continuismo molesta mayormente a envidiosos, aspirantes al cargo y opositores. Seguramente hay economistas más jóvenes capaces de sustituirlo, pero prefiero la tranquilidad que me ofrece su experiencia y serenidad, su carácter resistente ante inimaginables intrigas y acechanzas y la probada eficacia de su gestión.