Es un excelente primer paso para la reducción de la “megalopatía” del Gobierno el anuncio de fusión o eliminación de ministerios y otras dependencias estatales, así como restricciones al gasto corriente con énfasis en reducción de nóminas públicas.
Es hermoso oír que sólo contrataran nuevos maestros, personal médico y policías. Ante el justificado temor de que una reforma fiscal signifique más impuestos para los usuales paganinis, es oportuna la propuesta del presidente Abinader para reducir la burocracia, exigir mayor eficiencia y transparentar la administración pública.
Según el ministro de Hacienda, Jochi Vicente, el Gobierno ahorrará a partir de 2025 más de RD$25,000 millones que dedicará a la salud, la seguridad e infraestructuras y obras públicas.
Un posible atrabanco es que el plan requiere aprobación congresual y pone en manos de los legisladores otra ficha para negociar ante la intención de reducir la cantidad de diputados.
El ahorro esperado, empero, se queda corto ante los mas de RD$36,000 millones anuales de subsidios a las catastróficas empresas eléctricas estatales, sin incluir las deudas de las distribuidoras con la ETED y EGEHID. Ante la creciente impaciencia popular por la crisis eléctrica, ¿completará el presidente la esperada renovación del maltrecho liderazgo del sector energético?