Por fin la Cancillería ha puesto asunto al grave problema que es el apresamiento de pescadores dominicanos en aguas que Bahamas considera suyas, pero que en ciertos casos están más cerca de costas dominicanas que de ese Estado-archipiélago.
La vicecanciller Marjorie Espinosa rogó al ministro de Relaciones Exteriores de Bahamas la excarcelación y perdón de más de cien pescadores actualmente encarcelados con proceso judicial pendiente, cuyos familiares han denunciado maltratos, hacinamiento y otras violaciones de sus derechos humanos y legales.
En misión al vecino país, la Cancillería dominicana promovió varios tratados sobre traslado de condenados penales y asistencia legal, combate al tráfico de drogas, pesca en aguas limítrofes entre ambos países y migración ilegal, propuestos originalmente desde 2013 sin que Bahamas muestre interés por pactarlos.
Los problemas con Bahamas merecen resolverse de manera inteligente por vía diplomática defendiendo los derechos de nuestros pescadores y consensuando una clara delimitación fronteriza marítima, para evitar futuros malentendidos.
Solo si cumplimos nuestras leyes podremos exigir a los vecinos que respeten nuestra soberanía y mar territorial.