A sus 58 años, Brooke Shields está de regreso, la actriz, que empezó su carrera como modelo y que fue un ícono sexual en la década del 80- vuelve a protagonizar un éxito después de muchos años de estar alejada de la pantalla. La película que la trajo de nuevo a escena es La madre de la novia, una comedia romántica que se encuentra dentro de los títulos más vistos de Netflix.
“Estamos increíblemente agradecidos de que amen tanto esta película”, escribió la actriz en sus redes sociales, feliz por la repercusión que está teniendo esta nueva producción en la que interpreta a Lana, la madre de una joven que planea casarse en Tailandia con el hombre de sus sueños.
Todo se complica cuando descubre que su futuro consuegro (Benjamin Bratt) es nada más y nada menos que su novio de la universidad, ese que le rompió el corazón.
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Si bien ya la hemos visto en este rol de comediante, lo cierto es que este proyecto tiene un sabor especial: por un lado, significa su regreso a los sets después de mucho tiempo. Por otro, que una mujer de más de 50 años sea protagonista de un film de interés romántico. “Tenemos que celebrar a las mujeres en este tramo de edad. Espero que inspire a muchas a saber que este periodo de sus vidas no es el principio del fin, sino una oportunidad para volver a empezar”, advirtió a la revista Parade.
De ícono sexual al olvido
A pesar de que su nombre nunca fue olvidado, Brooke Shields estuvo fuera de las grandes ligas de Hollywood durante mucho tiempo. Su carrera comenzó cuando apenas era un bebé en una publicidad de jabones. Su belleza impactante hizo que su madre Teri (una exmodelo alcohólica) viera en su pequeña una gran oportunidad para ganar plata. Así, la pequeña de once meses protagonizó cuanto comercial se le pusiera en el camino.
Lo que vino después fue una infancia hipersexualizada. Un desnudo en la revista Playboy cuando apenas tenía diez años, un rol como prostituta en la película Niña bonita, una sensual campaña para Calvin Klein (donde insinuaba no llevar ropa interior debajo de sus jeans) y un protagónico en La laguna azul, donde esta quinceañera aparece desnuda la mayor parte del film, fueron prueba suficiente de ello.
“En ella ven tanto la inocencia como a la niña sexy”, comentaba su madre, convertida en manager por aquel entonces.
“Es parte de una conversación más amplia sobre la sexualización de las mujeres jóvenes. Yo estuve en el ojo de esa tormenta en muchos niveles a lo largo de las décadas. He sido parte de la conversación, o tal vez ni siquiera una parte de la conversación, pero sí parte del enfoque, y esa narrativa ha cambiado con el tiempo, dependiendo de las influencias externas y la época. Ahora soy madre de dos mujeres jóvenes, y la conversación que tenemos sobre la sexualidad es muy diferente hoy. Apenas hubo una conversación al respecto, para mí personalmente, cuando era niña”, aseguraba Shields, quien después de protagonizar el drama Amor eterno decidió cambiar el rumbo de su vida.
Su decisión de “ser una chica normal” e ir a la universidad fue muy cuestionada por entonces. De hecho, fue esa apuesta por fuera de Hollywood la que inesperadamente la dejó fuera de la industria.
Cuando terminé mis estudios asumí que volvería a mi rutina de rodar una película al año. Pensaba: «Soy inteligente, les encantará contar con una actriz inteligente» recordó la intérprete, que se graduó en Literatura Francesa en la prestigiosa Universidad de Princeton. Muy por el contrario: los productores dejaron de llamarla y las campañas como modelo bajaron su frecuencia. Con tan solo 23 años, Brooke se convertía en una jubilada.
Fue a principios de los 90, cuando intentaba sobrevivir en un medio que parecía haberse olvidado de ella, que experimentó una situación de abuso que pudo contar mucho tiempo después. Según reveló en su documental Brooke Shields: la mujer más bella, a sus 20 años fue violada por un productor cinematográfico que la había convocado para hablar de un proyecto laboral. Según sus propios dichos, se reunió con este ejecutivo (nunca reveló el nombre) en el bar de un hotel y cuando la reunión terminó, este le ofreció subir a su habitación para pedirle un taxi.
“No luché mucho, estaba absolutamente paralizada. Pensé que mi ‘no’ debería haber sido suficiente. Solo pensaba: ‘Intentá sobrevivir y salir de esto’”, rememoró sobre aquel ataque sexual. “No sabía si alguna vez iba a mencionar esto.
Me ha llevado muchos años de terapia poder hablar de ello. Definitivamente, he trabajado muy duro y he aprendido a procesarlo. Y llegué a un punto, y hemos llegado a un punto como sociedad, en el que podemos hablar de estas cosas mucho más abiertamente.
No tenía idea de que iba a decirlo. Pero espero, como madre de dos niñas, que sientan que puedo convertirme en su defensora. Porque esto es algo que sucede todos los días, y no debería estar sucediendo”, reflexionó en una entrevista con The Hollywood Reporter tiempo atrás.
Altibajos emocionales
Su vida personal sufrió los mismos altibajos que su profesión. Es que, hasta conocer a su actual marido y padre de sus dos hijas, el productor Chris Henchy, la “novia de América” fue noticia por algunas relaciones amorosas.
Su vínculo con el extensita André Agassi fue sin dudas el más polémico de todos.
El deportista no veía con buenos ojos que su mujer actuara y eso la fue alejando aún más de los libretos.
Cuando todo parecía encarrilarse y Shields lograba formar la familia de sus sueños, una depresión posparto la alejó aún más de la escena pública.
Luego, vinieron los antidepresivos y algunos problemas de salud.
El más grave y que la dejó postrada casi dos meses sucedió a principios de 2021, cuando estaba haciendo ejercicio sobre una barra de equilibrio, perdió la estabilidad y cayó sobre su pierna derecha, quebrándose el fémur.
“Sentía como si todo estuviera en cámara lenta y luego, comencé a gritar. Salieron sonidos que nunca había escuchado antes”, relató en una entrevista con People. La estrella estuvo sin caminar dos meses.
Tras someterse a múltiples cirugías (algo que fue terrible para ella debido a su fobia a los quirófanos), la intérprete sufrió una grave infección por estafilococos que la llevó a estar nuevamente internada y recibir tres infusiones de sangre.
“Al principio temieron que pudiera ser MRSA (un tipo de bacteria resistente a los antibióticos). Gracias a Dios que no lo fue. Si lo hubiera sido, mi médico dijo que habría sido una carrera contra el tiempo. Así es como podés entrar en shock séptico. Parecía impensable”, explicó asustada.
Así fue como su recuperación se extendió más de la cuenta. “Un paso a la vez…”, escribía en sus redes sociales mientras se mostraba apoyada en una muleta y en plena rehabilitación desde la clínica. “Honestamente, todos los días siento que tengo que empezar de nuevo.
La rehabilitación siempre es lenta y es un día a la vez. Simplemente tomás lo que podés controlar y decís: ‘Está bien, voy a estar feliz con eso, con cómo progreso por ahora’”, revelaba mientras se sometía a una extenuante fisioterapia para re-aprender a caminar.
“Por primera vez en toda mi vida, pensé: ‘No voy a poder superar esto’. Ni siquiera puedo apoyarme en mi pierna o subir un escalón. Necesito volver a aprender a caminar. La sensación de impotencia es impactante”, comentó quién enseguida trazó un paralelismo con su carrera.
“Soy la única que va a ser capaz de superar esto. Mi carrera también ha sido así. Una puerta me golpea en la cara y busco otra. Tampoco es diferente de cómo me sentí cuando escribí sobre la depresión posparto en 2005.
Este es mi viaje, y si me costó romper el hueso más grande de mi cuerpo, entonces la recuperación es algo que quiero compartir. Tenemos que creer en nosotros mismos y animarnos unos a otros. No hay otra manera de pasar por la vida”, confesó intentando ser un ejemplo para muchos.
Renacer en Hollywood
Más allá de ponerle el cuerpo a algunas publicidades, participar esporádicamente en alguna serie, ponerle voz a películas de animación y tener su propia sitcom, Suddenly Susan, Shields estuvo varias décadas fuera del radar hollywoodense.
Sin embargo, desde el lanzamiento de su documental Brooke Shields: La mujer más bella (donde habla de sus épocas de “símbolo sexual” preadolescente y de la tormentosa relación que mantuvo con su madre Teri, entre otros temas), su figura parece haber resurgido.
Hace unos meses, esta mujer sexy volvió a rememorar sus épocas de modelo al protagonizar una campaña de ropa interior que dio que hablar: Brooke fue una de las 50 mujeres de distintas edades, siluetas y origen étnico que posaron con la nueva línea de soutiens, fajas y bodies de la marca Skims, de Kim Kardashian.
También la hemos visto posar para Tommy Hilfiger y Victoria’s Secret junto a su hija Grier, que está dando sus primeros pasos como modelo y se perfila como su heredera en las pasarelas.
Mientras se prepara para lanzar una línea de productos para el cabello pensada para mujeres mayores de 40 años, la actriz volvió a estar en boca de todos con su protagónico en la nueva comedia romántica de Netflix, La madre de la novia.
Un papel que la volvió a poner en el centro de los flashes y que, gracias a su poder de resiliencia, le permitió resurgir como el ave fénix.
“He comprendido que puedo ser dueña de mi pasado y estar orgullosa de él, en lugar de avergonzarme o entristecerme. Tengo motivos para estar emocionada, porque me queda mucho por vivir”, confesó feliz por este presente.
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