Los aviones de la Royal Air Force (RAF) británica realizaron ayer sus primeros bombardeos contra campos petrolíferos del Estado Islámico (EI) en Siria, tan solo unas horas después de recibir luz verde del Parlamento inglés para entrar en guerra.
En tanto, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, criticó ayer que la intervención aérea británica.
“Partimos de que dicha coalición debe sostenerse firmemente en el derecho internacional.
Es decir, o una decisión del Consejo de Seguridad de la ONU o el beneplácito del Gobierno del territorio donde tiene lugar la operación”, dijo a medios rusos al término de la conferencia ministerial de la OSCE en Serbia.