Valle Nuevo, Constanza.-Luego de 120 días de espera, una brigada del Ministerio de Medio Ambiente inició ayer el retiro de las plantaciones agrícolas de Valle Nuevo que hasta la fecha no han sido desmontadas por sus propietarios.
A primeras horas de la mañana fue intervenido un cultivo de fresas de la empresa Flores Antillanas, que se encuentra en parte céntrica de la zona.
De forma pacífica y sin objeción del propietario Miguel Crouch, el personal de Medio Ambiente se introdujo en los cultivos quitando plásticos, alambres y pequeñas tuberías que se utilizan en el proceso de producción.
Se trata de un cultivo que sobrepasa las 50 tareas de tierra, según indicaron los supervisores del operativo.
La intervención fue realizada para dar cumplimiento a la Resolución 14-2016 emitida por el Ministerio de Medio Ambiente, que ordena el cese de las actividades agrícolas y pecuarias en la zona, debido a su impacto negativo en la producción de agua para el consumo humano e irrigación de cultivos en otras partes del país.
“Iniciamos aquí porque es un cultivo que se encuentra en el corazón de Valle Nuevo y que debido a la gran cantidad de plásticos que usan genera un impacto enorme”, manifestó Julio César de los Santos, administrador del parque.
Proceso continuo
Los operativos para desmontar todas las plantaciones se ejecutarán de forma gradual, pero sin interrupciones.
Para hoy, con un grupo de 22 obreros, se tiene previsto intervenir otro cultivo de fresas perteneciente a Miguel Villamán, quien dirige la empresa Flores Purama.
Estos proyectos se encuentran en las zonas más altas del Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier, que es el nombre oficial del área protegida.
De ahí las brigadas continuarán descendiendo a otros puntos en los que tradicionalmente se cultiva papa, zanahoria, cebolla, repollo y otros productos agropecuarios.
Reclaman solución
En las comunidades El Castillo y Montellano los campesinos están negados a dejar de cultivar el área hasta que no se les ofrezcan “alternativas concretas”.
La entrada a la primera de estas comunidades permanecía ayer militarizada ante las amenazas de los moradores de continuar sembrando.
Rodeado de decenas de productores, Ramón Frías, quien afirmó tener toda su vida sembrando allí, lamentó que las autoridades estén ejecutando la medida sin “resolver la situación” por la que atraviesan.
“De qué voy a vivir ahora si esto es lo único que sé”, dijo indignado.
Lo mismo expresó Yani Bautista, de 35 años, quien calificó como arbitraria la decisión de Medio Ambiente.
Nolberto Batista, presidente del Bloque de Campesinos, manifestó que la única propuesta que han recibido del ministro de Medio Ambiente, Francisco Domínguez Brito, es un sueldo de RD$7,500 para que no cultiven y apoyen a la entidad en la conservación del parque.
“Eso es una burla, con siete mil quinientos pesos, quién vive.
De aquí nadie nos saca hasta que no tengamos una solución. Tendrán que matarnos”, dijo mientras era apoyado por decenas de campesinos que ayer se congregaron en la comunidad El Castillo antes del inicio del desmonte.
Las tierras de esa localidad se encontraban listas y con abono para iniciar el ciclo de producción.