La tradición en el deporte es premiar la ofensiva: el jonronazo, el canastazo, el golazo, rematazo, salvo que aparezca la virtuosa Brenda Castillo…
La pequeña libero (posición puramente defensiva) desde que empieza el juego monta un espectáculo que no puede pasar desapercibido, lo recoge todo y tiene la facultad de poner la bola en el dinero y lo hace con tanta gracia que cualquiera pensaría que es fácil…
¿Fácil?… ¡Salve JMV!… Parece que retornará el voleibol superior distrital… Danilo Díaz y David Collado están interesados en meter mano -o dinero- y Ángel Rivas no se pone guapo… Luce exagerado que haya gente pensando que la estancia de Luis Urueta será corta al frente del Licey…
El dirigente colombiano dirigió un juego interinamente la campaña pasada y lo ganó, o sea que el primer día perdió el invicto…
Esto apenas comienza… ¿Y Raúl Adalberto Mondesí?… Ese muchacho repleto de talento, pero no lo dejan jugar (desarrollar), me huelo que lo van a dejar oxidar… He escuchado toda clase de disparates con relación a las pelotas de los Toros…
Se trató de un error humano, pero nada de trampa… Las pelotas este año tienen un estampado dorado (logo y firma del presidente), -no el hilo- (siempre rojo), contrario al de la temporada anterior que era negro… Ambos equipos estaban bateando con la misma bola, no sé quién inventó que lo hacían con bolas diferentes, pero lo escuché más de una vez…
Por cierto, las bolas tienen la firma de Leonardo Matos Berrido, porque el cambio de firma hay que hacerlo con un anticipo de 120 días y no daba tiempo para estampar la rúbrica de Vitelio Mejía…
Un simple error humano a la hora de escoger las bolas en almacén que, como los errores se pagan con dinero, costó 25 mil pesos.