
HOUSTON.- Los Bravos de Atlanta durante buena parte de la temporada, pareció que éste definitivamente no sería su año.
Perdieron sus primeros cuatro juegos y muy pronto se convirtieron en un hospital. Se quedaron sin su pelotero más dinámico antes de la pausa por el Juego de Estrellas.
Languidecían por debajo de la marca de .500 en agosto.
Y de algún modo inexplicable, estos Bravos se transformaron y despegaron repentinamente hasta llegar a lo más alto. Jorge Soler, Freddie Freeman y Atlanta navegaron tranquilos hacia su primer título de la Serie Mundial desde 1995, al apabullar el martes 7-0 a los Astros de Houston en el sexto juego.
“Nos topamos con todos los problemas y los obstáculos que podían haber surgido en el año”, dijo Freeman. “Las lesiones y todo eso. Todo lo que podía salir mal salió mal. Pero nos recuperamos de cada una de esas cosas”. Cuán orgulloso estaría Hank Aaron. Incluso en medio de la celebración, otro problema surgió.
