La cifra de muertes relacionadas con el covid-19 superó las 500.000 en Brasil, la segunda más alta del mundo, mientras los expertos dicen que el brote aún podría empeorar debido a la lenta vacunación y el comienzo del invierno.
El virus continúa propagándose mientras el presidente Jair Bolsonaro se niega a respaldar medidas como el distanciamiento social.
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El instituto de salud Fiocruz dice que la situación es «crítica». Solo el 15% de los adultos están completamente vacunados.
En Twitter, el ministro de Salud, Marcelo Queiroga, se solidarizó con los «padres, madres, amigos y familiares» de los fallecidos. «500.000 vidas perdidas por la pandemia que afecta a nuestro Brasil y al mundo entero», escribió en la red social.
El brote en Brasil se vio impulsado por variantes más transmisibles del virus, incluida la que se identificó por primera vez en la región amazónica del país y ahora se conoce como Gamma.
En la última semana se registró una media de 70.000 casos diarios.
«Brasil enfrenta un escenario crítico de transmisión comunitaria… con la posibilidad de agravarse en las próximas semanas por el inicio del invierno», informó Fiocruz.
La tasa de ocupación de las camas de la unidad de cuidados intensivos se mantiene en o por encima del 80% en la mayoría de los estados, y los expertos advierten de que el inicio del invierno en el hemisferio sur, la próxima semana, podría resultar en más infecciones.
Solo EE.UU. registró más muertes relacionadas con la covid-19.
El promedio diario de muertes en Brasil ha estado por encima de las 1.500 desde marzo. Gonzalo Vecina, exjefe del regulador de salud Anvisa, afirmó que el lento avance del programa de vacunas había costado y seguiría costando vidas.
«Hay 500.000 muertes y, lamentablemente, seguirá aumentando porque se tardará un tiempo en aumentar la cobertura de vacunación. Quizás este año también será difícil porque dependemos de la entrega de las vacunas, que se compraron muy tarde», dijo.
Protesta contra Bolsonaro
El sábado, miles de personas protestaron en todo el país contra el gobierno de Bolsonaro y para exigir la aceleración del programa de vacunación. Muchas ciudades enfrentan una cantidad insuficiente de dosis.
«Tardó demasiado en comprar la vacuna», le dijo a la agencia de noticias Reuters Denise Azevedo, una manifestante en Río de Janeiro.
«La inmunidad de rebaño no servirá de nada. La única inmunidad que se puede obtener es con la vacuna. No hay un tratamiento temprano. He perdido amigos, casi pierdo un primo… la gente quedó huérfana, sin padre, sin madre, y sin hijos».
Otros manifestantes dirigieron su ira contra el presidente Bolsonaro por su manejo general de la pandemia.
«Su posición sobre la covid y su negacionismo son absurdos. Ha abandonado la realidad y el sentido común», declaró a la agencia de noticias AFP Robert Almeida, un fotógrafo de 50 años que marchó en Río.
Bolsonaro fue duramente criticado por no implementar una respuesta nacional coordinada y por su escepticismo hacia las vacunas, los confinamientos y el uso de las mascarillas, que ha tratado de suavizar.
El mandatario argumenta que el impacto de los confinamientos en la economía sería peor que el virus e insiste en que ha hecho todo lo posible para comprar vacunas en varios países.
Pero la oposición lo acusa de retrasar los pedidos de vacunas por razones políticas, ya que siempre ha minimizado la gravedad de la pandemia.
El Congreso está investigando el manejo de la pandemia por parte del gobierno.