Brasil será noticia en el año que se viene. Más que en 2016; en el que ya lo fue, y cómo.
Sin necesidad de hablar de los juicios por corrupción, Petrobras y sobornadores y sobornados en la cárcel- cosa de todas las semanas,- hay quienes, por ejemplo, tienen la expectativa, y otros que lo afirman decididamente, de que habrá elecciones anticipadas ( las que estaban previstas para octubre de 2018).
Eso a su vez implica la renuncia previa del presidente Michel Temer, amenazado por algunas investigaciones judiciales, y por cuyo alejamiento claman desde distintas tiendas.
Y éstas, definitivamente, no serían noticias chicas.
En estos días Marina Silva, la líder ambientalista y excandidata presidencial, ha insistido con la renuncia del presidente y el adelanto de las elecciones.
Silva tiene una salpicada trayectoria dentro de la izquierda- fue del partido Comunista, luego del PT, ministra de Ambiente con Lula, y de ahí pasó al Partido Verde y en las últimas elecciones tras la imprevista muerte del titular de la fórmula, Eduardo Campos, terminó siendo la candidata del Partido Socialista Brasileño, pero es coherente en el reclamo.
En su momento cuando se planteaba el juicio político a Dilma Rousseff, ella sostuvo – y con fundamento-que la solución pasaba por anular las elecciones de 2014 ( saltaban Dilma,Temer y todos los demás) y llamar a elecciones de inmediato.
Hoy Marina – en realidad María Osmarina Silva Vaz de Lima- según las encuestas es la favorita. En la primera vuelta perdería con Lula, pero en la segunda le ganaría cómodamente.
Esto es, Lula mantiene un buen electorado, pero indudablemente son más los que no lo quieren
De todas formas en Brasil muchos relativizan el poder político y de los partidos y hablan de un poder mayor, más oculto, que es el que finalmente digita lo importante. Hablan de una especie de tridente formado por las FFAA, Itamaratí (RREE) y la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP).
Para los que sostienen que el esquema es el señalado y con ese orden de importancia,- militares primeros , luego diplomáticos ( categorías que no aparecen involucradas en los escándalos de todos estos años ) y finalmente los empresarios- hoy por hoy en Brasil no priman los intereses y reclamos políticos partidarios y menos las ansiedades electorales.
Claramente Temer, por lo que se sabe y se va sabiendo, debería irse. También era claro, como lo había planteado Marina, entre otros , que era más pertinente anular las muy viciadas elecciones de 2014 que sacar a Dilma. Pero no fue lo que ocurrió.
La realidad decía que frente a la situación que vivía el país era preciso llevar a cabo un fuerte ajuste de la economía, lo que le era ya muy difícil a Dilma, con una apoyo menguado del PT para hacerlo, y resultaba todo un albur confiar en que lo hiciera un nuevo presidente electo (este además seguramente no iba a ganar anunciando que había “que apretarse el cinturón”).
Se necesitaba, entonces, un interregno, y el interinato – así habría que llamarle- era la fórmula. Una solución institucional sin presiones electorales y sin riesgos populistas.
Temer en alguna forma encara ese ajuste y de ahí que hay quienes afirman que ese es su salvoconducto para “salvarse” y hasta catapultarse si tiene éxito en tiempo breve. La incógnita es hasta donde apretará la Justicia, lo que no siempre es previsible.
Este “interregno”, además, tendría un segundo propósito: el de dar tiempo a que la Justicia acabe con las investigaciones y resuelva respecto a las responsabilidades e involucramientos del expresidentes Lula en todos los casos de corrupción que escandalizan al país suramericano.
Hoy a Lula le va bien en las encuestas, pero habrá que ver como inciden en la opinión publica y en 2018 los “trapitos” que puedan ventilarse de aquí hasta allá, respecto a la “ gestión” y “gestiones” del exmandatario.
Algunos sostienen que para el “tridente” Lula ya no está en la orden del día y que para él la mejor alternativa de futuro es apagarse solito y salvarse de ir preso.
Por ahora no son noticias y todo esto encaja dentro del marco de las especulaciones, pero sin duda, en este año 2017 van a pasar cosas en Brasil que serán noticias. Y grandes.