**FILE**New England Patriots quarterback Tom Brady (12) passes against the Dallas Cowboys in the first quarter in their NFL football game, in this file photo taken Oct. 14, 2007, in Irving, Texas. (AP Photo/LM Otero, file)
Houston.-Tom Brady puso finalmente el debate del “mejor de la historia” a dormir, siendo el artífice de la recuperación más milagrosa de los Súper Bowls para darle el quinto título a los New England Patriots, tras un emocionante triunfo 34-28 sobre Atlanta Falcons el domingo.
Fue de esos juegos que serán recordados con apenas una palabra, de esos clásicos instantáneos que hay que volver a ver para creer que lo que realmente pasó.
Los Patriots estaban al borde del abismo, pero su infernal ofensiva liderada por Brady les llevó a coronarse una vez más campeones.
Todo parecía cosa juzgada cuando los Atlanta Falcons estaban arriba 25 puntos. También cuando estaban arriba 19 al inicio del último cuarto.
Y más aún cuando Atlanta estaba arriba ocho puntos y tenía el ovoide en la yarda 25 de los Patriots con tres minutos por jugar.
Inexplicablemente, Kyle Shanahan decidió pasar en segundo y tercer intento, y producto de una captura y una penalidad, retrocedieron en el campo y tuvieron que despejar.
Tenían prácticamente tres puntos y el partido en la bolsa, y fueron demasiado inteligentes para ellos mismos. Y cuando del otro lado está el mejor mariscal de la historia, esos son errores que no se pueden cometer.
Brady, el ‘Jefe’
Cuando está Brady del otro lado, te imaginas a los Patriots logrando una histórica remontada incluso antes de que suceda. Lo improbable es normal con él.
Por eso no sorprende que Brady haya sido nombrado Jugador Más Valioso por cuarta ocasión, que haya roto el récord de yardas por aire (466) y pases (62) en un Súper Bowl. “Eres el mejor de la historia”, le gritó su compañero Martellus Bennett. “El mejor de la maldita historia”.
Fue un año complicado para Brady, con los problemas de salud de su madre y la polémica extra cancha con el comisionado Roger Goodell.
Muchos querían ver el momento en el cual Goodell le entregara el trofeo al dueño de los Patriots, Robert Kraft.
Durante 40 minutos, de hecho durante 57 minutos, parecía que se iban a quedar con las ganas, pero después de probablemente el mejor Súper Bowl de la historia –el primero en ir a tiempo extra–, finalmente obtuvieron su deseo.
Los abucheos para el comisionado fueron constantes y ruidosos mientras se aprestaba a realizar la entrega del trofeo, y lejos de alejarse de la polémica, Kraft atacó con munición pesada.
“Todos aquí saben lo qué pasó en los últimos años”, disparó Kraft a pesar de tener a Goodell a corta distancia. “No hace falta explicarlo, pero este es por lejos el triunfo más dulce de todos”.
Lágrimas de emoción
Se notaba a la legua que para Brady este título también tenía un significado especial; las lágrimas caían por su rostro tras consumarse la improbable recuperación.
“Los muchachos nunca dejaron de pelear”, declaró Brady. “Este trofeo vuelve a Boston”.
Claro que no deja de ser un deporte de equipo, y que muchos aportaron su granito de arena para lograr el campeonato.
A la cabeza el corredor James White, quien tuvo 14 recepciones para 110 yardas, y totalizó tres touchdowns. La defensiva de New England ajustó tuercas en el complemento, aprovechándose de llamadas cuestionables, y forzó múltiples tres y fuera para seguir cansando a la defensiva rival.
Es que la ofensiva de los Patriots estuvo en el terreno 40:21, mientras que su par de los Falcons apenas 23:27.
Se notaba en el complemento que la presión ya no llegaba sobre Brady, y cuando eso sucede, el mariscal de los Patriots te despedaza quirúrgicamente.
Sin él en los controles, posiblemente los Patriots habrían bajado los brazos, pero con él, sus compañeros sienten que todo es posible.
“Nunca dudamos”, admitió el corredor James White. “Cuando tienes al número 12 allí atrás, la esperanza nunca se pierde”.
Inmenso en la canchaBrady tiene esa clase de aura, ese tipo de presencia y mentalidad ganadora, que hace que a pesar de que quizás otros mariscales tengan mejores atributos físicos, ninguno pueda llegar a su altura.
Y si algo le faltaba a su galardonada carrera eera una victoria como ésta en el escenario más importante.
Si alguien le quedaba alguna duda, Brady hoy las puso a dormir: es el mejor de la historia. “Nunca me voy a olvidar este día”, concluyó Brady. Nosotros tampoco Tom, gracias por los recuerdos. La leyenda continúa.