Sin lugar a equívocos, el boxeo, en especial el profesional, ha sido uno de los deportes más relegados en todos los términos posibles, entre las diversas disciplinas que se practican en República Dominicana.

Muchos observadores lo atribuyen a las raíces sociales, en la totalidad de los casos jóvenes que salen de sectores marginados, para que no se le preste y se le dé el lugar que merece.

Sin duda, el boxeo, en todas sus vertientes, ha sido una de las disciplinas que más ha aportado al país en términos de medallas, a tal punto que la primera en juegos olímpicos, la logró Pedro Julio Nolasco en Los Ángeles 1984.

El oro que ganó Félix Díaz en los Juegos de Beiging en 2008, coloca ese deporte, junto al taekwondo, como el segundo con más preseas en olimpiadas, por encima del béisbol, que solo ha logrado una, mientras que otros como el voleibol y baloncesto, no han podido, a pesar de la multimillonaria inversión que se efectúa en ambas disciplinas.
Si al boxeo se le otorgara por lo menos, un tercio del presupuesto que reciben otras federaciones, no hay duda que otro gallo contara.

En el aspecto profesional, han sido decenas de púgiles que han puesto en alto el nombre del país, siendo el mejor ejemplo los dos títulos mundiales obtenidos el pasado sábado en Hollywood, Florida, por Alberto “La avispa” Puello y Héctor García, a quienes el presidente Luis Abinader, reconoce su valía, al ordenar que se les reciba con los honores que merecen.

Ojalá, que en lo adelante, la suerte del boxeo, en todos sus niveles, dé un giro de 180 grados.