Boricazo
El presidente de Chile tuiteó ayer en rescate del prigilio de muchos políticos más prudentes que sopesan la conveniencia de incordiar a Trump aunque estén muy claros en qué personaje es. Dijo Boric: “Un país invade el territorio soberano de su país. Usted (con su pueblo) se defiende.
Unos años después el presidente de otro país que lo apoyó en un inicio (con otro presidente) afirma que en verdad usted inició la guerra y que por tanto tiene que aceptar las condiciones de quien lo invadió, y además devolverle la ayuda entregada, y presiona a todo el mundo para ello. Eso es lo que está haciendo el presidente Trump con Ucrania. Y es inaceptable.
Que lo poderosas de las fuerzas que se mueven no nos hagan renunciar a nuestros principios”. Que afortunado es Gabriel que desde su Chile lejano puede darse el gusto de expresarse así. Pero cuando se está en la vecindad de un elefante es conveniente y prudente evitar sus pisadas.
Lo bueno del bilateralismo renaciente en Washington es que llega en un momento propicio para nosotros, con un Gobierno dispuesto a aprovechar la coyuntura y un país entusiasmado por las halagüeñas perspectivas.
Comoquiera, el tuitazo de Boric sonó como el carcajeo de un aguilucho sotanero cuando pierde el Licey del Escogido. Sólo que en Chile no juegan béisbol.
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