“Es una esquina del mal”, afirmó Lisandro Guzmán, en referencia a la intersección donde su hijo fue asesinado a puñaladas.
“En unos años vamos a ver otra muerte en esa esquina”, insistió. La bodega allí ubicada, de donde el adolescente Lesandro “Junior” Guzmán-Feliz fue arrastrado por los pandilleros que causaron su muerte, ha cambiado recientemente de dueños y los nuevos propietarios pensaron bautizar el negocio con su nombre, como va a suceder con una calle en la zona.
Pero esta vez los padres no están de acuerdo. Ellos no quieren un cambio de nombre, sino seguridad. “No quiero poner su nombre aquí”, dijo el padre, citado por NBC News. “No celebro esta esquina ni esta bodega que mató a mi hijo”.
El asesinato ha sido la noticia policial más relevante del año en Nueva York, desde que ocurrió el 20 de junio en El Bronx, dada la crudeza del crimen y la cantidad de videos que han reportado en detalle la agresión misma y el intento de la víctima de llegar al hospital mientras se desangraba.
“Cuando paso por allí, siento que me tiemblan las rodillas por la planta de los pies”, dijo la madre, Leandra Feliz. “Siento que mi sangre corre por todos lados y siento que me voy a desmayar”.
Otros bodegueros han comentado que lo que le pasó al dueño de este establecimiento le puede suceder a cualquier comerciante de la ciudad.
Doce jóvenes han sido detenidos por el caso, pero no se han levantado cargos contra Cruz. Tras el crimen él aseguró reiteradamante que hizo lo que pudo y mostró un video donde según él le ofreció ayuda al joven. Desde entonces no ha vuelto a declarar a la prensa.
Tamposo se ha divulgado información sobre los nuevos propietarios ni el tipo de negocio que piensan abrir allí.
Tomado de Diario Nueva York