Andrea Bocelli se hizo las pruebas el pasado 10 de marzo y dieron un resultado positivo, pero fue prácticamente asintomático, solo con algunas décimas de fiebre, declaró a los medios.
ROMA. — El tenor italiano Andrea Bocelli, quien tuvo COVID-19, dijo que el confinamiento debido a la pandemia lo había hecho sentir “humillado y ofendido” al privarlo de su libertad para ir y venir como quería.
Bocelli habló el lunes en conferencia en el Senado en Roma, donde fue presentado por el líder del partido opositor de derecha Matteo Salvini, quien se ha pronunciado contra las estrictas medidas del gobierno para combatir el brote de coronavirus.
El anuncio del cantante en mayo de que se había recuperado del virus se produjo semanas después de su actuación del Domingo de Pascua en la catedral vacía de Milán.
En ese momento, Bocelli dijo que cuando se enteró el 10 de marzo de que había dado positivo, justo mientras la nación se ponía en cuarentena, “salté a la piscina, me sentía bien” y sólo tenía una fiebre baja.
Al parecer se refería a una piscina privada en su residencia, pues las piscinas y gimnasios públicos ya habían cerrado. Bocelli dijo en la conferencia que sintió rencor al no poder salir de su casa cuando “no había cometido ningún crimen” y reveló, sin proporcionar detalles, que violó las restricciones de confinamiento.
Durante el momento cumbre de la cuarentena, los italianos sólo podían salir a realizar trabajos esenciales, caminar sus perros o comprar comida y medicinas. Consternado, el viceministro de Salud Pierpaolo Sileri dijo el martes que quizás Bocelli “quiso expresar la inconveniencia de todo italiano que, debido al confinamiento, se quedó en casa”.
“Yo no habría dicho esas palabras, pero imagino que él podrá explicarlo de alguna manera”, agregó Sileri.
La conferencia se realizó en la víspera de la aparición del primer ministro Giuseppe Conte en el Senado, pautada para el martes por la tarde, cuando se espera que presente el caso de su gobierno de centroizquierda para extender un estado de emergencia por la pandemia que se vence el 31 de julio.
El estatus de emergencia le permitió a Conte saltarse al Parlamento e incluso a su Gabinete al decretar una serie de medidas dirigidas a reducir la propagación del virus en el país, donde primero emergió en Europa, y donde ha cobrado más de 35.000 vidas.
Bocelli dijo en la conferencia que al principio sus hijos le dijeron que se cuidara del virus cuando él empezó a dudar de su severidad, pero que “con el paso del tiempo, supe de mucha gente, aunque no conocía a nadie que haya estado en cuidados intensivos”.
En el peor momento de la crisis, hasta 4.000 personas estaban en cuidados intensivos en Italia, un país de 60 millones de habitantes, con varios cientos de muertes algunos días.