El cómico Bill Cosby, icono de la cultura popular de EE.UU., fue declarado culpable ayer de tres delitos de agresión sexual, en un juicio cargado de simbolismo luego de que el año pasado otro fue declarado nulo, y por ser el primero para un personaje famoso desde la eclosión del movimiento “Me too» (Yo también).
«¡Se ha hecho justicia!”, exclamó Gloria Allred, abogada de la acusación y una de las figuras más destacadas del movimiento feminista, a las puertas del tribunal minutos después de conocerse el veredicto.
“Estamos muy contentas de que finalmente podamos decir que se cree a las mujeres. Y no solo en el movimiento “Me too”, sino en una corte justicia donde se encuentran bajo juramento”, agregó.
Los delitos por los que fue declarado culpable el actor son penetración sin consentimiento, penetración mientras se está inconsciente y penetración tras el suministro de un estupefaciente.
Más de 60 mujeres han acusado a Bill Cosby de abusar sexualmente de ellas entre los años 1960 y 2000, aunque esos casos no prosperaron por haber prescrito y solo se ha llevado a juicio el fallado hoy, por las acusaciones de la canadiense Andrea Costand.
La Fiscalía quiso mostrar que existe un patrón en el comportamiento de Cosby y, para ello, llamó a declarar a cinco mujeres que acusaron al actor de abusos entre 1982 y mediados de la década de 1990.
Se trata del segundo proceso que enfrenta Cosby por acusaciones de agresión sexual, después de que el celebrado el pasado año fuese declarado nulo ante la incapacidad del jurado de tomar una decisión.
En esta ocasión el jurado, compuesto por siete hombres y cinco mujeres y tras 14 horas de deliberación, declaró por unanimidad a Cosby culpable de los tres cargos de agresión sexual, que acarrean cada uno de ellos una pena máxima de 10 años de cárcel. Por el momento, Cosby ha quedado en libertad bajo fianza de un millón de dólares.
El litigio, celebrado en Norristown, a las afueras de Filadelfia, se centró en el caso de Andrea Constand, quien aseguró que una noche a principios de 2004 Cosby la invitó a su mansión de Cheltenham (Pensilvania) y le dio unas pastillas que la marearon y permitieron al artista abusar de ella.
Constand evitó hablar tras conocerse la decisión, pero Lili Bernard, otras de las mujeres que acusaron a la popular estrella televisiva y considerado a finales del siglo pasado “del padre de EE.UU.”, expresó entre lágrimas su satisfacción.
“Me siento como si estuviese en un sueño. Siento que mi fe en la humanidad se ha restaurado”, afirmó Bernard a los periodistas. La defensa de Cosby, de 80 años, sostuvo que la relación con Constand fue consentida y aseguró que el cómico usaba drogas como señuelo para atraer a las mujeres, pero nunca como herramienta para incapacitarlas.
La víctima, de 45 años, era entonces la entrenadora de baloncesto del equipo femenino de la Universidad de Temple, donde el actor estudió y de la que era un importante donante.