Bien FMI, mal ADP

Bien FMI, mal ADP

Bien FMI, mal ADP

Frederich E Berges

En medio de las confusiones en la segunda mitad del presente año que ha producido el llamado a una tercera vacunación general de la población, el escenario económico comienza con sus buenas y malas noticias.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de despachar su informe sobre la revisión anual del comportamiento económico dominicano de acuerdo con el Artículo IV de su convenio, del cual somos suscriptores. Según se le informó al Directorio del FMI, hemos salido bien ya que han mostrado su confianza en las capacidades actuales del gobierno para corregir el talón de Aquiles de nuestras finanzas, que es el sector eléctrico, del cual se esperan importantes mejoras en cuanto a su gestión. Dichas reformas posibilitarán aun más la requerida reforma de las finanzas públicas, que a su vez harán más sostenible la deuda, su principal preocupación.

Según se afirma en el documento publicado por el FMI, estas acciones de reforma del sector eléctrico y el de las finanzas, incluyendo aspectos fiscales, permitirían al país aprovechar la actual recuperación económica global y gestionar las condiciones sociales necesarias para superar las circunstancias sanitarias post Covid.

La mala noticia vino por el lado de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) quienes, utilizando mecanismos de desestabilización financiera a través del llamado a la devolución de una parte importante de los fondos de pensiones acumulados por los ahorrantes, logran la firma de un nuevo acuerdo con el Ministerio de Educación. En dicho acuerdo se obvió el compromiso de lograr un mayor nivel de aprendizaje para facilitar la educación de las nuevas generaciones.

La ausencia de las pruebas PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes) ha impedido que el país conozca la real competitividad de nuestra educación y su comparativa a nivel mundial. No hay manera de lograr un mejor equilibrio social e insertarnos en este mundo cada vez más demandante de mayores capacidades, si no formamos adecuadamente nuestros recursos humanos, y para ello, comenzando con la escolaridad bajo tutela de los miembros de la ADP.



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