Joe Biden y Donald Trump arrasaron en el «supermartes», día clave para definir quiénes serán los candidatos a la presidencia de los partidos Demócrata y Republicano.
Los medios en Estados Unidos informaron que el actual presidente ganó en Alabama, Arkansas, California, Carolina del Norte, Colorado, Maine, Massachusetts, Minnesota, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah, Vermont y Virginia.
También se impuso en Iowa, donde la votación se llevó a cabo por correo y cuyo resultado se acaba de conocer.
Solo perdió en el territorio de Samoa con el hombre de negocios Jason Palmer.
Por su parte, Trump logró la victoria en Alabama, Alaska, Arkansas, California, Carolina del Norte, Colorado, Maine, Massachusetts, Minnesota, Oklahoma, Tennessee, Texas, Virginia y Utah.
Aunque el llamado «supermartes» suele ser una de las citas más importantes del calendario electoral estadounidense, por ser el día que más estados votan en las primarias para definir los nominados de cada partido, el de este año ya se preveía como el menos disputado de la historia.
Y es que con los resultados de las primarias celebradas en las últimas semanas, las elecciones presidenciales del 5 de noviembre se anticipan como un cara a cara reñido entre el actual mandatario, Joe Biden, y su predecesor, Donald Trump.
Aunque los partidos Demócrata y Republicano no definirán sus candidatos oficiales hasta sus convenciones nacionales correspondientes, en agosto y julio, respectivamente.
Biden llegó a la cita prácticamente sin competencia y Trump lo hizo ya con una ventaja enorme sobre la exembajadora ante las Naciones Unidas y exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, quien como sorpresa sumó Vermont a su hasta este martes única victoria, la que había logrado en Washington DC.
A pesar de ese triunfo en Vermont, Haley se retiró definitivamente de la contienda.
En un comunicado enviado a la prensa, Biden subrayó que millones de estadounidenses «han hecho oír su voz» este supermartes, y sugirió que los votos a su favor muestran que el electorado quiere «luchar contra el plan extremo de Donald Trump para hacernos retroceder».
Atribuyó a su administración logros en materia de empleo y salarios, y advirtió que la nación tendrá que elegir en noviembre si se sigue por esa senda o no.
Trump está «centrado en su propia venganza», y quiere «eliminar libertades fundamentales como la capacidad de las mujeres para tomar sus propias decisiones en cuanto a la atención médica», añadió, en clara referencia al aborto.
Asimismo, Trump salió a celebrar su victoria, calificando a Biden como «el peor presidente de la historia».
«En algunos sentidos somos un país del Tercer Mundo, somos un país del Tercer Mundo en nuestras fronteras», dijo en referencia al tema que encabeza su agenda política, la migración, en un discurso ofrecido en su mansión de Mar-a-Lago, en Florida, y en el que también habló de la inflación, la criminalidad o la covid.
A quien no hizo mención en ningún momento fue a Haley.
La exgobernadora sí hizo referencia a Trump al expresar su gratitud por la victoria en Vermont.
En un comunicado hecho público por su campaña, subrayó que «hay un gran bloque de votantes republicanos que estado tras estado están mostrando una profunda preocupación» ante la posibilidad de que Trump sea el nominado.
«La unidad no solo se logra proclamando ‘estamos unidos'», agregó, en referencia a lo asegurado por Trump, que el Partido Republicano está unido tras su candidatura.
Doble referéndum
De acuerdo al corresponsal para América del Norte de la BBC, Anthony Zurcher, las encuestas a boca de urna en las primarias republicanas han dejado nociones de por qué Trump ha arrasado entre los votantes de su partido.
Y es que el supermartes también ha servido como enésima confirmación de qué temas son los más relevantes para el electorado.
Así, en Carolina del Norte, el 43% de los votantes republicanos dijeron lo que más les preocupa es la inmigración, la cuestión que lleva encabezando la agenda política desde que Trump arrancó su primera campaña presidencial en 2015.
Y en Virginia, el 64% de los participantes en la primaria republicana aseguraron que confían más en Trump que en Nikki Haley en lo que a la seguridad fronteriza respecta.
A pesar de su dominio en las primarias de este martes, Zurcher identifica focos de descontento hacia Trump entre votantes republicanos.
«En Virginia y Carolina del Norte Haley obtuvo buenos resultados en condados con un alto número de votantes jóvenes, suburbanos y con estudios universitarios, y las encuestas a pie de urna registraron algunas de sus preocupaciones», señala.
El 40% de los votantes de las primarias republicanas en Virginia y el 32% de Carolina del Norte dijeron que Trump, quien enfrenta varios procesos penales, no sería apto para la presidencia de ser hallado culpable.
Para el Partido Republicano, este martes estaban en juego 874 delegados (el 36% de los 2.429 que votarán en su convención), y en el caso del Partido Demócrata, 1.420.
Estos suelen ser mayoritariamente activistas o líderes de una comunidad, pertenecientes al partido, que acuden a votar a la convención correspondiente por el candidato a la presidencia.
En general, votan ateniéndose a los resultados de las primarias: es decir, si un candidato ha ganado dos delegados en un estado, esas dos personas en teoría deberán apoyar a ese candidato en la convención.
Así que, si se cumplen las previsiones, Biden y Trump serán los que se volverán a enfrentar en las urnas en noviembre.
Han pasado 112 años desde que un presidente en ejercicio y un expresidente midieron sus fuerzas en una revancha. Y nunca en la historia moderna se ha registrado un cara a cara con dos candidatos de tanta edad— Biden tiene 81 años y Trump cumplirá 78 en junio— ni tan impopulares.
La cita de noviembre en las urnas también será especial este año por otro motivo.
Y es que, cuando un presidente en ejercicio se vuelve a postular para el cargo, los comicios suelen ser un referéndum sobre su mandato. En esta ocasión son ambos los que tienen un historial que defender.
Los que no quieren ni a uno ni a otro
Tanto el actual presidente, de 81 años, como el anterior, que cumplirá 78 en junio, registran muy bajos índices de popularidad.
El 56% de las personas habilitadas para votar opina que Trump no debería volver a presentarse, mientras que el 70% dice lo mismo de Biden, según un sondeo de Reuters/Ipsos.
De acuerdo a otra encuesta, llevada a cabo por The New York Times y Siena College y publicada el fin de semana pasado, el 54% tiene una opinión desfavorable de Trump y en el caso de Biden el porcentaje se eleva a un 59%.
La desaprobación de Biden es la mayor novedad respecto a la contienda de hace cuatro años, cuando ambos se enfrentaron.
El demócrata tenía entonces mejor imagen (un 42% tenía una opinión negativa de él), lo que hace que, aunque falte mucho para la cita electoral de noviembre, las encuestas estén dando ventaja a Trump, que mantiene un nivel de desaprobación similar al de 2020.
Una causa de esta desaprobación es el apoyo del presidente a la guerra de Israel en Gaza. En varios estados el voto protesta por el rol de Estados Unidos en la guerra se hizo sentir más de lo esperado por el equipo de campaña demócrata.
En vista de esos números, va a resultar clave lo que decidan hacer los votantes que en inglés denominan como double haters; es decir, a quienes les disgusta tanto uno como otro.
Y luego están los que se autodenominan “votantes independientes”, cuyo papel también se prevé será clave.
Son votantes que no se sienten representados por ninguno de los dos grandes partidos, que cuestionan el modo en el que se seleccionan los candidatos y que prefieren elegir entre las mejores opciones en el último momento.
A estos votantes clave habrá que sumar en esta ocasión los demócratas y republicanos afiliados y convencidos que ahora pueden estarlo mucho menos ante lo poco atractivos que les resultan sus candidatos.
Sea como fuere, las opiniones pueden cambiar en otoño, en el fragor de la campaña electoral, advierte en esa línea Anthony Zurcher, el corresponsal de América del Norte de la BBC.
«Para los comicios de 2016 las encuestas a boca de urna indicaban que el 75% de los que no votaron por Trump (en las primarias) estarían insatisfechos si este fuera el candidato republicano», recuerda.
«Al final, el 90% de los republicanos lo respaldaron frente a Hillary Clinton».