Tengo en mis manos un ejemplar del libro “Resumen de Historia Patria”, de la autoría de Bernardo Pichardo, impreso en Barcelona en el año 1930, hace 85 años.
Una joya bibliográfica que vino a parar a mis manos, a título de préstamo, por vía de una muy querida amiga que resulta ser nieta del referido historiador.
El vetusto libro me transporta a mis años de escolar en las escuelas Federico García Godoy, de La Vega; y Luisa Ozema Pellerano y Cristóbal Colón, de Santo Domingo, en las cuales la obra en cuestión fue protagonista e inseparable compañera de pupitre.
Talvez de allí viene mi amor por la Historia y mi motivación para escribir hace pocos días en este mismo espacio cómo los estudiantes aprendíamos de memoria los textos de Bernardo Pichardo, lo que sin duda era un método educativo atrasado, no por culpa de Bernardo Pichardo, sino de la época en que vivíamos. “Culpas del tiempo son y no de España”.
Todo esto viene a cuento como consecuencia de mi propuesta para que alguna entidad educativa o de investigación histórica realice un taller o seminario sobre el polémico personaje Tomás Bobadilla y Briones, quien, a mi juicio, merece ser estudiado profunda y objetivamente para colocarlo en el lugar que merece dentro de nuestra galería de próceres y villanos.
Al parecer de mi dilecta amiga y nieta de Bernardo Pichardo, la participación de Bobadilla en nuestra historia fue más negativa que positiva, en contradicción con la opinión del periodista y biógrafo Manuel Otilio Pérez, para quien Bobadilla fue una figura clave en la construcción de la República.