Foto tomada el 28 de junio del 2017 del papa Francisco con el papa emérito Benedicto XVI, en el Vaticano. (L'Osservatore Romano/Pool photo via AP, File)
Ciudad del Vaticano.- La sucesión de declaraciones y desmentidos tras la noticia de la publicación de un libro entre Benedicto XVI y el cardenal Robert Sarah en el que se defendía el celibato parece haberse zanjado con la petición del papa emérito de eliminar la firma y su foto del volumen.
El nuevo libro firmado por Benedicto XVI y Sarah, uno de los principales líderes de la facción conservadora que critica cada movimiento de Francisco, fue considerado por algunos una injerencia y presión al papa argentino ante la próxima decisión que tendrá que tomar sobre la propuesta de ordenar a hombres casados surgida del reciente Sínodo sobre la Amazonía.
El volumen, titulado “De profondeurs de nos coeurs” (Desde lo profundo de nuestro corazón) estaba previsto que se publicase mañana en francés por la casa editorial Fayard y llevaba en portada los nombres tanto de Benedicto XVI como de Sarah y la foto de ambos.
Por ello, inmediatamente se desató la controversia sobre el hecho de que el papa emérito, que había prometido quedar en silencio tras su renuncia en febrero de 2013, hubiese participado en un libro de este tipo.
La polémica fue aumentado cuando en la noche del lunes algunos medios, entre ellos el Corriere della Sera, publicaron una exacta versión filtrada por una persona que no quiso identificarse y que se definió cercana al pontífice emérito en la que se aseguraba que “Benedicto XVI no ha escrito el libro a cuatro manos con el cardenal Sarah” y que se trata “de una operación editorial mediática, de la que Benedicto no quiere formar parte y es totalmente ajeno».
La misma fuente anónima explicaba que el papa emérito “sólo puso a disposición de Sarah un texto sobre el sacerdocio que estaba escribiendo” y que “no sabía nada de la portada de un libro, ni la había aprobado».
Estas declaraciones del supuestamente entorno de Ratzinger provocaron la dura reacción de Sarah, prefecto de la congregación del Culto Divino que en Twitter aseguró que acusarle de mentir eran “difamaciones de una gravedad extrema” y publicó tres cartas con la que quería probar la colaboración con el pontífice emérito.
El cardenal guineano publicó durante la mañana de este martes un comunicado oficial en el que explicaba paso a paso en el comunicado cómo se fraguó la escritura y publicación del libro con el texto de Benedicto XVI y un prólogo y una conclusión firmadas por ambos.
Sarah aseguraba que comunicó al papa emérito la posibilidad de publicar el material que había recibido del pontífice y el suyo en un libro, ya que habría sido difícil hacerlo en los medios de comunicación.
El cardenal agregaba que el papa alemán, que decidió renunciar al pontificado en 2013, pudo ver el pasado 19 de noviembre el volumen, la portada – en la que aparece la foto de los dos – y su contenido. Y añadía que el 25 de noviembre Benedicto XVI expresó su aprobación para la publicación “según la forma que había previsto» el cardenal, como se puede también leer en las cartas del papa emérito que Sarah publicó la pasada noche en Twitter.
Entonces, ¿Quien dice la verdad?. Al final de la mañana, el histórico secretario de Benedicto XVI y su persona de máxima confianza desde su renuncia, el arzobispo George Gaenswein, realizaba unas declaraciones que confirmó a EFE en las que aseguraba que el papa emérito “nunca aprobó ningún proyecto de un libro con doble firma” con el cardenal Sarah.
Explicó que “el papa emérito sabía que el cardenal estaba preparando un libro y le había enviado su texto sobre el sacerdocio autorizándole a hacer el uso que quisiera”, pero que “no había aprobado ningún libro con doble firma ni había visto la portada».
El arzobispo Gaenswein, actual Prefecto de la Casa Pontificia, aseguraba que “se trató de un malentendido sin poner en duda la buena fe del cardenal Sarah” y “el texto que Benedicto mandó al cardenal es el suyo, pero no (es autor) de los otros textos”, que son la introducción y las conclusiones.
Asimismo, Gaenswein que sigue residiendo con Benedicto XVI en la residencia Mater Ecclesiae en el Vaticano, agregó que por indicación del mismo papa emérito se ha pedido al cardenal Sarah que contacte a los editores para que quiten el nombre como coautor del libro y su firma también de la introducción y de las conclusiones.
En éstas, tanto Ratzinger como el cardenal escribían- “No puedo callar”, citando una frase de San Agustín para referirse a su postura contra la ordenación sacerdotal de los hombres casados.
Pero ante la contundente desmentida del secretario personal de Benedicto XVI, el cardenal guineano echó marcha atrás y en Twitter anunció que “considerando las controversias que han provocado la publicación del libro se decide que el autor será el cardenal Sarah con la contribución de Benedicto XVI” y agregó que “el resto de los textos quedarán igual».
Para algunos, este caso se ha vuelto a tratar de un intento de manipular a un frágil Benedicto XVI, que en abril cumplirá 93 años, por el área más conservadora de la Iglesia y enfrentada a Francisco.
Mientras, el caso suscita también el debate sobre la falta de una normativa que regule la figura del papa emérito para evitar este tipo de polémicas. EFE