Sabreen murió antes de que pudiera mirar a su bebé a los ojos o abrazarla.
La joven madre había llevado a su hija en el vientre durante siete meses y medio. Fueron días y noches de miedo constante, pero Sabreen esperaba que la suerte de la familia se mantuviera hasta que terminara la guerra en Gaza.
Esa suerte se desvaneció con el rugido y el fuego de una explosión una hora antes de la medianoche del 20 de abril.
Los israelíes arrojaron una bomba sobre la casa de la familia Al Sakani en Rafah, donde dormían Sabreen, su marido y la hija de tres años del matrinomio, Malak.
Su marido y Malak murieron en el acto, mientras Sabreen quedó herida de gravedad, pero la bebé aún estaba viva en su útero cuando los rescatistas llegaron al lugar.
Llevaron a la mujer al hospital, donde los médicos le practicaron una cesárea de emergencia para dar a luz a la niña.
Sabreen no pudo salvarse, pero los doctores trabajaron para reanimar a la bebé, golpeándole suavemente el pecho para estimular la respiración y bombeando aire a sus pulmones.
«Nació con dificultad respiratoria grave», dijo el doctor Mohammed Salama, jefe de la unidad neonatal de emergencia del Hospital Emiratí de Rafah.
Pero la bebé, que pesaba solo 1,4 kilos, sobrevivió a la terrible experiencia de su nacimiento.
El médico escribió las palabras «bebé de la mártir Sabreen al Sakani» en un trozo de cinta adhesiva y la pegó a su cuerpo. Luego la pusieron en una incubadora.
«Podemos decir que hay algunos avances en su estado de salud», dijo Salama.
«Pero la situación sigue siendo de riesgo. Este síndrome de dificultad respiratoria es causado originalmente por un nacimiento prematuro. Esta niña debería estar en el útero de su madre en este momento, pero fue privada de este derecho».
El médico espera que permanezca en el hospital durante un mes.
«Después de eso veremos si se va. (…) He aquí la tragedia más grande: incluso si esta niña sobrevive, nació huérfana», dijo Salama.
He aquí la mayor tragedia: incluso si la niña sobrevive, nació huérfana.
En memoria de su madre
Sus padres ya no estaban para ponerle un nombre. Su hermana muerta, Malak, quería que la llamaran Rouh, que significa alma o espíritu en árabe. Pero la llamaron Sabreen, en memoria de su madre.
Los familiares sobrevivientes se reunieron en el hospital, atrapados en los aspectos prácticos de construir una nueva vida familiar para la bebé huérfana mientras lidiaban con el dolor y el enojo.
La abuela materna de la bebé, Mirvat al Sakani, habló de la «injusticia y la calumnia» de lo que les sucedió a unas personas que «no tienen nada que ver con nada».
«Mi hijo también estaba con ellos. Quedó descuartizado y aún no lo han encontrado. No lo reconocen (…). ¿Por qué los atacan? No sabemos por qué, cómo. No lo sabemos (…). Solo atacan a mujeres y niños», afirmó.
«¿Toda una familia borrada del registro civil y la única sobreviviente es una niña? ¿Y qué culpa tenían?«, se preguntó Rami al Sheikh, tío de la bebé.
«Estos son civiles comunes y corrientes», agregó.
¿Toda una familia borrada del registro civil y la única sobreviviente es una niña? ¿Y qué culpa tenían? Eran civiles comunes y corrientes.
La abuela paterna de Sabreen, Ahalam al Kurdi, prometió que criará a la niña. «Ella es mi amor, mi alma. Es un recuerdo de su padre. Cuidaré de ella».
«Son todos niños y mujeres»
El Ministerio de Salud de Gaza, dirigido por Hamás, afirma que de los 34.000 muertos en Gaza desde que comenzó la guerra, al menos dos tercios son mujeres y niños.
Israel lanzó su ofensiva después de que unos 1.200 israelíes y extranjeros -en su mayoría civiles- murieron y otros 253 fueron llevados a Gaza como rehenes en una incursión de militantes de Hamás el 7 de octubre, según el recuento israelí.
El ejército israelí insiste en que no ataca a civiles y ha acusado a Hamás de utilizar a la población como escudo humano.
Los ataques aéreos israelíes contra Rafah la noche del 20 de abril también mataron a 15 niños de la extensa familia Al Aal.
El padre de varios de los niños, Abed al Aal, dijo que su identidad quedó borrada porque todos sus hijos y su esposa murieron.
«Muéstrenme un hombre entre ellos. Son todos niños y mujeres», dijo.
Un comunicado militar israelí enviado a la BBC después de los ataques decía: «En un momento dado, las FDI [Fuerzas de Defensa de Israel] atacaron varios objetivos militares de las organizaciones terroristas en Gaza, incluidos complejos militares, puestos de lanzamiento y terroristas armados».
Se estima que ahora hay 1,4 millones de personas hacinadas en Rafah, a las que las FDI les dijeron que se trasladaran al sur en busca de un lugar seguro al comienzo de la guerra.
Pero en los últimos días ha aumentado la especulación de que las fuerzas israelíes entrarán pronto en Rafah para continuar el combate contra Hamás.
Estados Unidos le ha pedido a Israel que adopte una estrategia selectiva en lugar de lanzar una invasión a gran escala de Rafah, que podría precipitar una grave crisis humanitaria allí.
Lea también: Grupo Hospifar celebra sus 30 años en el mercado