Barrios estuvieron al “acecho” del peligro

Barrios estuvieron al “acecho” del peligro

Barrios estuvieron al “acecho” del peligro

Refugiados en la funeraria de La Zurza observan el ambiente donde hacen vida, y temen por inundaciones y derrumbes.

Santo Domingo.-Atemorizados, atentos y listos para salir huyendo a última hora, se mantuvieron diversas familias de zonas vulnerables de la Capital mientras esperaban la noche del miércoles los efectos de la entrada del huracán Irma, que se alejó del país dejando lluvias e inundaciones, especialmente en la zona norte.

En populosos sectores como Gualey, Los Obreros de La Agustinita , la 35 de Cristo Rey, así como de La Zurza de la capital, personas dijeron que permanecieron en sus casuchas por temor a perder lo poco que han logrado.

Temor al peligro

“Estábamos asustados por el peligro, imagínese, tengo seis hijos y no quiero dejar mi casita”, comentó Cristina Maribel Méndez, madre soltera, residente en La Zurza, a la orilla del río Isabela, quien se dedica a vender café y té en el mercado “Nuevo”.

Méndez, Antonio Taveras y Gabriel Gil dijeron que estaban “agarrados de Dios por su fe”, ya que allí no había ido ninguna autoridad, como tampoco fueron incluidos entre los desalojados por la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret), dejados en la avenida del río Isabela a “medio talle” desde que se inició el sistema de transporte ferroviario.

La mayoría de las casuchas de ese entono están en un precipicio, “al acecho de los derrumbes” ante la saturación de los suelos.

De ese grupo de 187 familias censadas que estaban en la margen del río, apenas unas cien lograron ser reubicadas, 50 en apartamentos e igual número en casitas provisionales, entre los que figuran Radhamés Diaz y sus cinco hijos, donde esperan mejor suerte.

Encima de rellenos a base de escombros descansan casuchas de Gualey y La Ciénaga.

Encima de rellenos a base de escombros descansan casuchas de Gualey y La Ciénaga.

Refugiados en funeraria

Los de la calle Héctor J. Pérez, de Brisas de la Isabela, unas 18 familias fueron trasladadas a la Funeraria Distrital de La Zurza, convertida en refugio por parte de la Alcaldía del Distrito, y apenas habían recibido colcha espuma.

“El Gobierno todavía no ha cumplido con la promesa de reubicar estas últimas 50 familias, que Diandino Peña las posicionó allí.

Cuando vienen estos fenómenos hay que buscar dónde albergarlas, porque las autoridades dijeron que las escuelas son la última opción”, explicó Tomás Manzueta, presidente de la junta de vecinos Brisas de la Isabela.

En la funeraria hay 52 niños y 68 adultos, tres embarazadas e igual cantidad de personas con enfermedades catastróficas.

Empero, las ayudas se limitaron a goma espuma para dormir, sin alimento alguno, dijo la coordinadora por parte del Ayuntamiento del Distrito, Iris Margarita Norberto.

¡Para que nos velen!

“La idea de traernos a la funeraria es para que nos velen aquí mismo, y de ahí nos lleven a enterrar, porque no nos trajeron comida”, lamentó Carmelita Diloné, con 12 años en las casitas provisionales, propuso que el Gobierno los lleve a la Nueva Barquita.

En el Callejón de los Obreros, en La Agustinita, donde regularmente sufren inundaciones, aunque tomaron precaución, todo se mantuvo en calma.

“Antes sentíamos más temor, pero la gente ha ido construyendo en block; sí les temíamos a los vientos”, dijo Alfredo Ureña, residente en el barrio La Agustinita.



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