
PARIS, Francia.-La banda de rock de California Eagles of Death Metal regresó el martes a la sala de conciertos donde se presentaba cuando el lugar fue atacado por extremistas islámicos.
En silencio y con expresión sombría, los músicos llegaron al ahora destrozado teatro Bataclan en el este de París, cuya fachada se ha convertido en un santuario para las 89 personas que fueron allí masacradas. Colocaron flores en el lugar bajo una persistente lluvia decembrina, y algunos se abrazaron mientras observaban las coronas funerarias, notas y carteles con mensajes de luto y homenaje.
El cantante Jesse Hughes se cubrió la cara mientras caminaba de un lado al otro. El baterista Julian Dorio se secó las lágrimas.
Aquel fatídico viernes por la noche, los integrantes de la banda se dispersaron para escapar de la matanza. Uno de ellos corrió al piso de arriba, otros lograron huir por una puerta lateral. Todos terminaron en una estación de policía.
Dorio, el baterista, dijo en una emotiva entrevista con Vice y HBO que con los primeros disparos saltó de su silla.
“Vi a dos tipos en el frente, y debe haber sido lo más horrible del mundo, ellos disparando implacablemente hacia el público”, recordó.
