SANTO DOMINGO.-Los Bancos de Sangre con los que cuenta el país tienen en ocasiones que vérselas con tipos truculentos que donan y algún tiempo después regresan y reclaman lo donado porque lo necesita un pariente.
En una visita realizada a la Cruz Roja EL DÍA pudo presenciar cómo una persona, que decía ser donante voluntario desde el año 2000, desconocía los procesos de la institución y no contaba con una tarjeta que le acreditaba como tal.
El hombre, de unos 50 años, había acudido en busca de sangre que había donado, supuestamente dos semanas atrás, para dársela a un familiar del que no sabía el nombre.
“Ellos lo que hacen es que vienen a donar y se presentan una o dos semanas después a recuperarla para luego venderla”, dijo Lucresia Rosario, encargada administrativa de la Cruz Roja.
Explicó que en esos casos reciben a la persona en sus oficinas y no ceden la sangre hasta tanto haber confirmado que se trata de una emergencia real. “Sin embargo, Cruz Roja solo tiene control de la sangre mientras está en su poder. Una vez que sale de nuestras manos no tenemos forma de controlar a dónde es enviada”, dijo.
Señaló que en muchos casos los directores y encargados de centros de salud reciben la sangre que llevan los familiares del paciente sin investigar su procedencia.
Abogó por el establecimiento de un protocolo que permita definir el lugar de donde proviene la unidad antes de ser utilizada.
Los buscones aprovechan la desesperación de los familiares que acuden en busca de la sangre ofertándola a precios exorbitantes.
No obstante, debido a que no se siguen los protocolos, puede darse el caso de que la sangre adquirida no reúna los requisitos para ser trasfundida al paciente que la requiere lo que degenera en una pérdida de dinero.
Propuesta
— Información
Existe mucha desinformación en lo referente a la sangre. El doctor César Matos, director del Banco de Sangre de la Cruz Roja, aboga por crear una cultura informativa al respecto.
La sangre de donantes terapéuticos se desecha
Proceso. La sangre donada por personas que presentan alguna anomalía que les hace producir sangre en mayores cantidades de lo normal, no califican para convertirse en donantes voluntarios.
Esto así porque uno de los primeros requisitos para donar es que la persona sea sana y la sobreproducción es una muestra de que algo anda mal.
El hematólogo César Matos indicó que en estos casos, aunque reciben la sangre, simplemente la desechan, ya que es un indicador de que hay una alteración en la médula ósea.
“Esta se suma al porcentaje de sangre que tenemos que rechazar”, dijo.